Con las alas extendidas, surcando los aires a más de 3,500 metros de altura sobre las llanuras desérticas del norte de México, el águila real tal vez sea uno de los animales que más ha simbolizado los mitos y la vida cotidiana del pueblo mexicano; teotihuacanos, toltecas y nahuas forjaron su identidad a lo largo de milenios al admirar su vuelo y relacionarla con el astro solar.
Íntimamente ligada al pasado prehispánico, la figura del águila real (Aquila chrysaetos) ha sido insignia de los más importantes distintivos mexicanos, incluidos los cimientos de la nación. Según el mito de la creación mexica, el peregrinaje que realizó este pueblo desde la isla legendaria de Aztlán culminaría cuando un águila posada sobre un nopal se revelará ante ellos devorando una serpiente entre sus garras.
Vaticinada por el dios Huitzilopochtli, esta aparición marcaría el sitio para la fundación de uno de los imperios más poderosos del mundo precolombino: México-Tenochtitlan, en 1325.
La serpiente, relacionada con el dios Quetzalcóatl (sabiduría, vida, luz), y el águila, representación de Huitzilopochtli (fuerza, fuego, guerra), fueron utilizadas desde entonces como insignias del autodenominado “pueblo del Sol” para justificar su supremacía sobre los otros habitantes de Mesoamérica.
Durante el auge de la capital mexica, el águila fungió como el tótem de la facción militar de los cuauhpipiltin, guerreros águila, quienes se especializaban en el arte de la guerra.
Doscientos años después, los conquistadores usarían este emblema para crear el blasón con el que le darían identidad a la Nueva España, aunque esta vez la religión católica consideraría maligna a la serpiente. Sin embargo, luego de 300 años de colonización, ese mismo distintivo fue utilizado en contra de los españoles como escudo de armas de los generales Morelos y Allende, durante las batallas por la independencia.
Posteriormente, el águila fue coronada con la creación de dos fugaces imperios y rediseñada a lo largo de la historia de la república contemporánea.
Hoy, tras otros 200 años de identidad nacional (y aunque las alegorías ya no se corresponden con las originales), el águila real representa los ideales de un pueblo que encara sus dificultades al estar erguida sobre un nopal espinoso y triunfa sobre sus enemigos encarnados en serpientes.
De esta manera, el águila real ha estado presente en un ideario que ha forjado la cultura mexicana desde hace más de 700 años.
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Texto: Erick Pinedo
Aquí les mostramos un video que muestra la grandeza del águila real.