1. Cerciórate de que no tenga el gran sello gordo de «Made in China», a menos que estés en China, claro. La piratería replica hasta las artesanías más complejas, revisa tus compras y el souvenir que te vas a llevar.
2. No compres nada que pudieras comprar en tu país de origen. Es peso inútil en la maleta que no vale la pena cargar solo por decir que proviene de (inserte aquí el lugar de vacaciones).
3. Elige un recuerdo con un vínculo emocional. La idea básica de traer un souvenir a casa es justamente que puedas mirarlo y acordarte de alguna experiencia. Para que así sea, cómpralo durante un paseo especial en un lugar que te haya encantado, puede ser un objeto atípico.
4. Llévate eso que te causó un «Wow Factor». Compra algo que te haya causado alguna impresión al verlo y probablemente tus amigos la sentirán también. Los souvenirs pueden ser una manera de hacer descubrir a tu familia algo que no ha visto, como dulces de salmón de Japón. ¿Quién hubiera pensado que existían? Aún si no los comen, será un momento interesante que desatará tus historias de viaje.
5. Para elegir lo que le regalarás a tus amigos hazte esta pregunta: ¿Lo querrías tú también en tu casa? Un plato con la cara del príncipe George te pareció gracioso cuando paseabas en Londres pero: ¿ellos pensarán lo mismo?
6. Olvídate de objetos con el nombre del país. Bolsas, ropa, juguetes, plumas, llaveros, tazas. Si eliges un buen souvenir, te aseguramos, no necesitarás que tenga impreso el lugar de tus vacaciones para que te acuerdes de dónde es.
Mejor busca objetos que te recuerdan dónde estuviste, con quién y cuándo, generalmente no tienen impreso el nombre de la ciudad en grandes letras doradas.
7. ¿Tendrá algún uso? Por practicidad, asegúrate que sepas dónde vas a colocarlo o para qué lo vas a utilizar, un objeto de decoración para tu casa te dará más gusto a la larga que un imán, por ejemplo.
8. Evita las réplicas de monumentos y obras de arte. La típica torrecita Eiffel o un poster de Los girasoles de Van Gogh siempre se quedarán cortos, si quieres un souvenir con alusión a cierta pieza, se vale, sólo búscalo reinterpretado, por ejemplo, en una tabla para la cocina o una mochila, la idea es que se salga de su contexto.
9. Nunca compres en los aeropuertos, no sólo porque el precio está inflado justamente para los olvidadizos que quieren llevar algo a casa en el último minuto, sino porque no encontrarás nada original, solo producción en masa.
10. Los mejores souvenirs no se compran en las tiendas de souvenirs. Recuerda eso. Es lo mismo que todo mundo llevará a casa y probablemente no cumplirá la regla número 3, el apego emocional. Mejor sigue caminando.
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