Podría estar disponible una cura para quienes padecieron una amputación y sufren del dolor del miembro fantasma.
Nuevos hallazgos alivian sensaciones aparentes en las extremidades
Muy pronto podría estar disponible una cura generada por computadora para quienes han padecido una amputación y sufren del dolor del miembro fantasma. Los expertos señalan que la realidad virtual podría ser la clave para aliviar la frecuente y dolorosa sensación de una extremidad perdida que parece seguir en su sitio.
«Cuatro de los cinco pacientes que utilizaron nuestro sistema de realidad virtual experimentaron una reducción significativa del dolor», afirma Steve Pettifer, científico en computación de la Universidad de Manchester, en el Reino Unido. «Si las pruebas posteriores confirman que la tecnología es exitosa, podría utilizarse en hospitales o incluso directamente en casa».
Dolor fantasma
Pettifer señala que cerca de 80 % de los amputados sufren algún malestar relacionado con la extremidad perdida. A menudo son sensaciones de dolor punzante o descargas eléctricas.
Algunas personas tienen la impresión de que sus extremidades están torcidas en posturas imposibles, mientras que otras perciben que sus dedos encorvados se clavan dolorosamente en las palmas.
La comunidad médica ha estado al tanto del dolor del miembro fantasma desde tiempo atrás. Ambroise Paré , médico francés del siglo XVI, describió el fenómeno en soldados cuyos miembros habían sido cercenados y sugirió que el dolor se originaba en el cerebro.
Sin embargo, hoy en día aún se desconoce la causa exacta de las misteriosas sensaciones, señala Vilayanur Ramachandran, neurólogo de la Universidad de California, en San Diego.
«Desde hace mucho -apunta-, se ha pensado de manera equivocada que el dolor del miembro fantasma se origina en las terminaciones nerviosas sensoriales: en los nervios acortados que se extendían hasta los dedos de los pies o de las manos antes de la amputación. Al quitar un brazo, una parte del cerebro no recibe señales. De modo que la información sensorial de la cara ocupa el lugar que solía tener el brazo».
A veces las señales se cruzan y cualquier movimiento de la extremidad que queda o del rostro produce un dolor muy intenso en el apéndice fantasma, añadió.
Alivio con espejos
«La terapia actual para el dolor del miembro fantasma consiste en una combinación de analgésicos y, en ciertos casos, procedimientos más extremos, como la estimulación cerebral profunda donde un electrodo es insertado en la región encefálica que responde al dolor fantasma», explicó Pettifer.
Casi siempre, el electrodo desciende por el cuello hasta el pecho, donde una pequeña caja de control genera una señal de alta frecuencia que pretende «apagar» la parte del cerebro que causa el dolor.
El remedio menos invasivo de Pettifer y sus colegas se basa en los primeros trabajos de Ramachandran, quien utilizó una caja de cartón con un espejo colocado en un costado. En este método, la persona se sienta frente a la caja y mueve el brazo existente. El reflejo engaña al cerebro haciéndolo creer que la extremidad reflejada y en movimiento es el apéndice amputado.
«La retroalimentación visual parece aliviar el dolor», comentó Ramachandran.
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Curación virtual
Pero con la versión virtual, el paciente se acomoda en la cabeza un sistema que consta de dos diminutas pantallas, una para cada ojo. Cada pantalla muestra un ambiente virtual que proporciona la sensación de una visión tridimensional.
Luego, el paciente se pone un «guante de datos» con calibradores que rastrean el movimiento de los dedos. Otros tres sensores (uno en la cabeza y dos en la extremidad existente) detectan la posición y la rotación del cuerpo del usuario. Una vez dentro del ambiente virtual, el usuario realiza tareas, como tocar una serie de objetivos que cambian, o apartar una pelota que flota frente a su rostro.
«Son excusas para hacerlos mover la extremidad -explicó Pettifer-. El brazo sano realiza los movimientos, pero en el ambiente virtual ven en realidad que el brazo faltante ejecuta la tarea. Igual que con la caja de espejo, este sistema engaña la mente haciéndole creer que la extremidad ausente se mueve.»
Aunque los resultados son variables, los investigadores aseguran que una sesión con el sistema suele proporcionar alrededor de dos días de alivio al dolor. Hasta ahora, cuatro de las cinco personas que han probado el sistema informan de una disminución significativa del dolor fantasma, de modo que el equipo de investigación de Pettifer inició pruebas clínicas a gran escala en febrero.
Albert Skip Rizzo, psicólogo del Centro de Sistemas de Medios Integrados, de la Universidad del Sur de California, declaró: «estos sorprendentes resultados permiten entender mejor la forma en que el cerebro percibe las señales del cuerpo y cómo podemos engañarlo con ciertos estímulos visuales».
Botón de reinicio
Ramachandran opina que sus hallazgos y los de Pettifer echan por tierra la idea de que cada individuo nace con conexiones fijas en el cerebro y que poco puede hacerse cuando dichas conexiones se dañan.
«Pone en tela de juicio la postura convencional de la neurología durante los últimos 50 años y argumenta que muchas disfunciones neurológicas podrían ser simplemente una supresión funcional reversible, como si presionáramos un botón de reinicio», afirmó Ramachandran.
El trabajo, agregó, podría tener aplicaciones ulteriores al dolor del miembro fantasma. «Se está utilizando el sistema del espejo para rehabilitar a las víctimas de infartos cerebrales que han perdido el movimiento de un brazo. Puede haber recuperación parcial incluso en situaciones que se consideraban permanentes».
Además, Ramachandran cree que el sistema de realidad virtual de Pettifer podría complementar las terapias existentes para el dolor fantasma. Sin embargo, persisten varias interrogantes.
Para empezar, reconoce Pettifer, el dispositivo no surte efecto en todos los casos. «No sabemos en qué tipo de individuos puede funcionar, si las distintas personalidades pueden responder o no al sistema ni cuál es el aspecto más importante del ambiente virtual para aliviar el dolor. Cuando hayamos esclarecido estos aspectos, será bastante sencillo producir una versión del sistema que pueda utilizarse en clínicas o incluso en casa -aseguró Pettifer-. Es el tipo de cuestiones que, con unas cuantas modificaciones, podría funcionar en los actuales sistemas de Xbox o PlayStation».