La Costa Brava es uno de los rincones más acogedores de la Península Ibérica.
La Costa Brava está ubicada en la provincia de Girona, en Cataluña, España, se extienden desde la frontera francesa hasta el río de la Tordera en la ciudad de Blanes, a tan sólo 60 kilómetros de Barcelona. Comprende las comarcas del Alt Empordà, el Baix Empordà, el Gironès, el Pla de l?Estany y la Selva, cuyas bellezas naturales, tradiciones y habitantes, inspiraron a importantes artistas y escritores como Salvador Dalí, Pablo Picasso, Marc Chagall y Rusiñol. Actualmente la zona que conserva el encanto de sus poblaciones medievales y marineras, da la bienvenida a visitantes de todo el mundo para disfrutar de un destino rico en actividades de aventura, cultura, diversión y descanso.
Tossa del Mar, el aperitivo
Al salir de Blanes, conocido como el portal de la Costa Brava por la carretera GI-682, está Lloret de Mar, famoso núcleo turístico especialmente visitado por británicos. El camino conduce hasta Tossa de Mar, el único ejemplo de población medieval fortificada que aún existe en la costa catalana. La muralla de la Vila Vella se levanta en uno de los extremos de la playa principal y fue declarada en 1931 Monumento Histórico-Artístico Nacional. La misma carretera está comunicada con Sant Feliu de Guíxols, una ciudad turística con una amplia gama de actividades deportivas y acuáticas. La carretera C-250 desemboca en Girona, capital de la comarca del Gironés.
El centro de Girona
Romanos, árabes y una importante comunidad judía, habitaron la metrópoli más grande del norte de Cataluña entre los siglos IX y XV. Los vestigios de estas civilizaciones llenan el corazón de la ciudad, y sus callejuelas transportan a los visitantes a diversas épocas y culturas. Destaca el Centro Bonastruc Ça Porta del Call (barrio judío), el monasterio románico de Sant Pere de Galligants, la muralla, los baños árabes, la iglesia gótica de Sant Feliu y las casas del Onyar. Saliendo desde ahí por la N-IIA hasta la C-150, está el Lago de Banyoles, un espacio natural protegido con una superficie de 107 hectáreas. Por la GIP-5121, hasta llegar a la intersección con la N-260, se localiza Figueres, pueblo natal del pintor surrealista Salvador Dalí, donde vale la pena visitar el museo que lleva su nombre. Siguiendo por la N-260 se encuentra la villa de Llançà con abundantes playas y calas. Continuando por la GI-612 que desemboca en la población marinera de Port de la Selva, se puede disfrutar de las vistas de la amplia bahía del norte del Cabo de Creus, y por la GI-614 y a tan sólo 13 kilómetros se localiza el mágico pueblo de Cadaqués.
Un pueblo de pescadores
La localidad de Cadaqués ha conservado sus rasgos típicos ya que sólo tiene dos vías de acceso. Los visitantes se maravillarán con las casas blancas que se agrupan de forma escalonada, encantadoras callejuelas y atardeceres en la bahía. Al lado se localiza el barrio de pescadores de Portlligat, donde puede visitarse la casa-museo Dalí, antigua residencia del artista. Al bajar por la carretera GI-614 está el centro turístico de Rosas, famoso por el reconocido restaurante El Bulli del chef Ferrán Adriá. Continuando el recorrido, la GI-610 y la GIV-6216 se llega a San Pere Pescador y Sant Martí d?Empúries, este último con un importante yacimiento arqueológico, que era la puerta de entrada a la Península Ibérica de los griegos y romanos (siglos VIII y XI). Atravesando el núcleo urbano de L´Escala (con playas para todos los gustos), por la GI-623 hasta llegar a la C-31 se ubica L´Estartit, donde hay que ver la reserva marina de las Islas Medes y Macizo del Montgrí. El viaje sigue por la C-31 hasta llegar a la villa de Palls.
Palls y Begur
La Torre de las Hores, con sus espectaculares vistas, la iglesia de Sant Pere (construida Más allá de la arena la urbe crece. Barcelona es un ejemplo, aquí el Mercado de las flores. con los restos del antiguo Castillo) o el mirador del Pedró son lugares imprescindibles. La playa posee una amplia oferta hotelera para disfrutar de la región. Por la GI-653 se llega a la cautivadora población de Begur, uno de los más turísticos del Baix Empordà. El castillo es el símbolo más emblemático, aunque las torres de defensa contra la piratería morisca constituyen un elemento característico del paisaje. Las playas de Sa Riera, Aiguafreda y Sa Tuna son indispensables para disfrutar de la naturaleza, mientras que la playa del Racó, conserva los restos del castillo feudal. Además del ambiente cultural, Begur es también conocido por su vida nocturna.
Palafrugell
Bajando por la GIP-6531 se descubren las playas de Palafrugell como Tamariu, Llafranc y Calella, rodeadas de acantilados, vegetación y agua transparente. Toda la costa cuenta con diversos centros de alojamiento como hoteles, campamentos y búngalos, pero para disfrutar de la belleza del paisaje hay que subir al Faro de Sant Sebastià, en Llafranc, que ofrece vistas espectaculares a una altura de 168 metros a nivel del mar. Si sigues por la carretera GI-654 hasta la C-31, llegarás a las playas de Palamós; desde ahí toma la C-253 para visitar las playas de Aro y S?agaró, uno de los primeros centros de turismo residencial de la Costa Brava, lleno de calas estrechas pero encantadoras.
El Aeropuerto Internacional de Barcelona (www.barcelona-airport.com) es una buena opción para llegar a la Costa Brava. También los aeropuertos de Girona (www. girona-airport.net), o Reus (www.aena.es) serán de utilidad si se llega desde un destino europeo. Desde el centro de la península el tren Renfe (www.renfe.es), hace paradas en diversos puntos de la Costa Brava. Algunas carreteras son estrechas y los vehículos incrementan los fines de semana y durante el verano; sin embargo, los puntos de interés están cerca y es fácil llegar a los diferentes destinos. Para más información se recomienda visitar la página oficial de la Costa Brava (www.costabrava.org) y las de los municipios como L´Escala (www.lescala.cat), Begur (www.visitbegur) o Cadaqués (www.cadaques.cat).