Izamal es un pueblo mágico en la península de Yucatán. Esto es todo lo que tienes que saber para vivirlo al máximo.
El pueblo rodeado del sol, completamente pigmentado por el característico color amarillo, las carrozas guiadas por caballos y expertos turísticos, tradiciones culinarias milenarias, pirámides ancestrales, cenotes majestuosos, artesanías divinas. Así son algunos de los elementos que representan al pueblo mágico de Izamal y lo ponen el mapa turístico de lo imprescindible.
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Saciar tu paladar en Kinich con tradiciones milenarias
Hay muchas razones para visitar Izamal. Una de ellas, es la gastronomía típica y sagrada. Inscrita por la UNESCO en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, es indispensable para la identidad del lugar, forma parte de tradiciones ancestrales y es un factor muy importante para la economía mexicana y el fomento del desarrollo comunitario. La cocina se basa una gran variedad de productos que no son posibles de encontrar en otros países por las condiciones específicas en las que crecen. Izamal es hogar de productos como el aguacate, el cacao, el café, el tequila y el mezcal, los cuales llevan consigo muchas tradiciones pasadas de generación en generación.
Uno de los restaurantes típicos y más famosos, que cuenta con varios reconocimientos gastronómicos es el conocido como Kinich. Es recomendable saciar el paladar con tacos de cochinita, panuchos, empanadas de queso bola y sopa de tortilla; sin embargo, para calmar la sed, lo que hará el truco es el agua de chaya. Para cerrar con broche de oro, como postre, puedes pedir un flan, un carajillo o un café negro.
El ambiente del restaurante es sumamente agradable y amigable. Te reciben con espectáculos de danzas típicas y música tradicional. La decoración del lugar es ancestral, antigua y como si perteneciera dentro de la selva, haciéndolo lucir místico y ameno.
Kak Moo, la pirámide ancestral
Las pirámides también caracterizan a este bello pueblo. La principal se llama Kak Moo, la cual fue dedicada al dios del Sol. Es una de las pirámides más grandes porque abarca una cuadra entera. Es una de las construcciones más importantes de Mesoamérica: la altura del templo superior rebasa los 34 m y su basamento mide 200 m por 180 m. Su construcción se estima entre los años 400-600 d.C.
Por otro lado, la pirámide del Conejo es una de las más dañadas y destruidas, principalmente por la conquista española, en donde saquearon los tesoros y las piedras para la misma construcción del pueblo.
Artesanías divinas, culturales y tradicionales
Las artesanías también son algo muy representativo para los locales y los turistas que los apoyan con sus compras. Existen artesanos que mantienen tradiciones milenarias como los objetos decorativos con fibras de henequén, haciendo sillas, tapetes, lámparas y mesas o la joyería en Cocoyol.
El señor, Don Esteban Abán Montejo, logró rescatar una técnica prehispánica única en México: la joyería con semilla de cocoyol. Esta semilla crece en el árbol del Cocoyol y cuando cae al piso, debe de ser enterrada por varios años para poder secarse, reducirse en tamaño e incrementar su dureza. Los resultados son increíbles collares, delicadas pulseras y aretes únicos que pueden combinarse con otros elementos como esferas de plata o hilos de colores.
Las artesanías hechas de henequén se remontan a la época maya, donde lo cultivaban para utilizar las fibras y generar varios productos. En el siglo XIX, a esta planta se le conocía como “oro verde», pues gracias a él, hubo demasiada abundancia y llegó el auge de las inmensas haciendas. Con ella, se pueden crear llaveros, tapetes, lámparas, mesas, carpetas, etc.
Alessandra de Zaldo es una fotógrafa mexicana que colabora con National Geographic en Español. Estudió en la Escuela Activa de Fotografía. Fue interna en Alturas Wildlife Sanctuary y ahí confirmó su pasión por la conservación de especies amenazadas.
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