Los viajeros van a la isla antes de que el ambiente se torne demasiano «norteamericano».
El autobús turístico se adelanta a tres tractores y después a un ciclista y a un carruaje tirado por un caballo. Se desplaza por la autovía de seis carriles que sale de La Habana con dirección a Viñales.
El conductor frena. Cuatro reses atraviesan la ancha cinta asfáltica. John Johnson y algunos otros turistas de California y Utah están asombrados: ?What a highway!?, dice Johnson. Lo dice en un tono no despectivo sino más bien nostálgico.
Para los turistas estadounidenses, la isla de los Castro tiene muchas sorpresas. Durante muchos años solo podían visitarla por vía indirecta, a través de México, Canadá o Jamaica.
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Johnson es uno de los muchos estadounidenses que en 2015 pudo viajar a la isla socialista gracias al deshielo político entre los dos vecinos. A finales de 2014, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, suavizó las restricciones para viajar a Cuba y también autorizó visitas en grupos. Muchos aprovechan las oportunidades. Y a partir del próximo otoño (boreal) también habrá, por primera vez en más de 50 años, vuelos comerciales directos entre Estados Unidos y Cuba.
El turismo en Cuba lleva varios años creciendo. Sin embargo, desde 2015 el ambiente es de auténtica euforia, también entre los turistas europeos que quieren conocer la isla.
Muchos turistas piensan: ¡Vámonos a Cuba antes de que sea demasiado tarde! Antes de que lleguen demasiados turistas, se encarezca la estancia y el ambiente se torne demasiado norteamericano. El boom está ocasionando el rápido agotamiento de las reservas en los hoteles más elegantes y también los hoteles de dos y tres estrellas suben los precios.
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"A los turistas de Estados Unidos les gusta todo lo que sea bueno y caro, lo que tenga tradición e historia", dice Bernd Herrmann, director de la agencia Senses of Cuba by Tourcom en La Habana. Hermann ofrece sobre todo viajes de alta calidad para clientes en todo el mundo. "Hay turistas de Estados Unidos que gastan 7,000 dólares o más en un viaje a Cuba", dice el empresario turístico alemán.
Hermann y sus colegas en Cuba describen la situación de la siguiente manera: actualmente, es más difícil conseguir habitaciones en hoteles de primera categoría en La Habana o Trinidad. Los coches de alquiler se agotan rápidamente en la temporada alta. Los clásicos tours turísticos, que llegan hasta Holguín y Santiago, en el este de la isla, son cada vez más caros.
En La Habana, las grandes estrellas son los Cadillac, Chevrolet, Buick y Dodge de unos 60 años de antigüedad. Una auténtica joya es un Buick Cabrio rojo muy bien cuidado en el animado Parque Central.
El capó está abierto. Una pareja de Nueva York está entusiasmada, no se cansa de mirar, regatea un poco y se sube. "A los americanos les gusta viajar en los viejos modelos, preferiblemente un descapotable. En su país probablemente ya no pueden hacerlo. Y dan mucha propina", dice Ramses Álvarez, uno de los conductores.
¿Y qué más quieren los turistas de Estados Unidos?
Les gusta seguir las huellas de Ernest Hemingway. En la década de los 30, Hemingway vivió temporalmente en el hotel histórico "Ambos Mundos", en La Habana Vieja. Los turistas pueden visitar su habitación con la máquina de escribir y otros utensilios. Muchos turistas también visitan los bares favoritos de Hemingway, "La Bodeguita del Medio" y "El Floridita", así como su finca "Vigía".
¿Los ‘americanos’ también se interesan por la revolución y el Che Guevara? "Por supuesto. Todo forma parte de la historia común de los dos países", dice Alejandro Ferras Pellicer en su pequeño museo Sitial Moncada, en la calle Marqués González.
Ferras Pellicer, de 93 años, es un viejo compañero de Fidel Castro y uno de los pocos participantes en el asalto al cuartel Moncada en Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1953, que aún vive. El aniversario se celebra todos los años como inicio simbólico de la revolución cubana. "No importa si eres socialista o no. Esta historia la debe conocer todo el mundo", dice el revolucionario.
Para el turista que no se interesa por la política y quiere ver más cosas en Cuba es ahora más fácil viajar por la isla que hasta hace un par de años. Una excursión de una sola jornada a Viñales o Varadero se puede reservar en dos minutos sin tener que mostrar el pasaporte. Basta con dar el nombre.
Muchos turistas viajan a la pequeña ciudad turística de Viñales, en el oeste de la isla, donde pueden disfrutar de una naturaleza exuberante, muchos restaurantes privados (paladares) y numerosos bonitos alojamientos particulares en pequeñas casas con jardín. Gracias a la iniciativa de los propietarios y la cooperación de las autoridades, actualmente hay más de 600 alojamientos de este tipo disponibles para turistas. En Cuba no hay suficientes hoteles.
¿Y qué pasará cuando se levante el embargo? Nadie lo sabe. Unos 3.5 millones de turistas visitaron Cuba en 2015. Una cosa está clara: una vez levantado el embargo faltarán habitaciones e infraestructura para poder recibir un número adicional de dos o tres millones de turistas al año. La isla solo podrá absorber poco a poco la llegada masiva de turistas.
Información básica:
Cuándo viajar: cualquier época del año es buena para viajar a Cuba. La temperatura media en agosto es de 28 grados, en diciembre de 23 grados. Entre junio y noviembre pueden formarse huracanes.
Moneda: un dólar equivale en el banco a un Peso Convertible Cubano (CUC), un euro a 1.10 CUC (26 de febrero de 2016). El CUC equivale a 24 pesos no convertibles (CUP). Con esta moneda se puede pagar en restaurantes sencillos, autobuses locales y mercados. Los cajeros automáticos aceptan tajetas de crédito.