Una ventana al Paraíso

Uno de los primeros hoteles en ?descubrir? Los Cabos fue Las Ventanas al Paraíso. Este hotel tiene el privilegio de haber elegido una de las propiedades más espectaculares en lo que ahora es un circuito de hoteles y townhouses para viajeros, situado en la punta de Baja California Sur donde el mar de Cortés se une con el Pacífico.

Cuando entras a las Ventanas deja de existir el mundo. La arquitectura del lugar es una mezcla del estilo mediterráneo con el colonial mexicano y respeta los colores de la naturaleza y del mar. Todo es suave, desde el color crema de los edificios y la jardinería, hasta los mosaicos en el piso de piedra blanca que hacen curvas mientras caminas. Nada agrede tus sentidos permitiéndote sumergirte en un estado de relajamiento delicioso. El hotel está construido a través de una serie de terrazas, jardines y piscinas que serpentean hasta perderse en el mar. Este es un lugar en donde la elegancia, el confort y la atención al mínimo detalle se mezclan sin esfuerzo.

La primera sorpresa es la habitación. Te recibencon un elegante tequila para tu degustación, reserva de la casa, acompañado de unas nueces con especias. Tienes un mayordomo a tu disposición y servicio 24 horas al día. Nada parece escapar a los detalles de este hotel. Las 71 suites parecen pequeños apartamentos en los cuales disfrutas de varios ambientes. Hay una terraza privada para asolearte en un segundo piso, un jacuzzi en la terraza y en la habitación tienes una chimenea y una cama con aromaterapia personalizada cada noche. Cuesta animarte a salir para explorar, pero vale la pena.

En Las Ventanas te sientes inmerso en el ambiente del Mar de Cortés. Siempre en contacto con el aire libre. La piscina se funde en el horizonte con el mar y en los enormes camastros para tomar el sol te encuentras todo tipo de detalles: desde un atomizador de agua purificada, hasta un backgamon o un ipod con amplia selección de música por si olvidaste el tuyo en casa. En la playa las hamacas dobles te permiten columpiarte con la brisa bajo una palapa protectora.

Comer en Las Ventanas también se hace al fresco. El restaurante de la playa, The Sea Grill prepara tus platillos en un horno de leña. Esto le da un sabor especial tanto a los pescados fresquísimos como a las pizzas. Si reservas la mesa justo a la hora del crepúsculo, el espectáculo de luz es absolutamente sublime.

Y si hablamos de romance, todo está hecho para disfrutar de este hotel en pareja. Puedes pedir que te preparen una bañera con esencias tropicales relajantes en la privacidad de tu suite u ordenar una cena romántica en la playa para dos. El hotel completo se transforma de noche con una iluminación sutil y encantadora. El restaurante formal, The Restaurant comandado por el chef Fabrice Guisset prepara una cocina de autor complementada con música en vivo todas las noches.

El bar de tequila y ceviche, The Tequila and Ceviche Bar, es todo un descubrimiento. Puedes reservar una cata personal y degustar una amplia varidad de tequila de primera calidad. El sumiller de tequila es un verdadero conocedor y entusiasta de esta bebida. Antes de su degustación te cuenta de su elaboración, de sus características y te invita a probarlo de una manera diferente. Aunque hayas tomado tequila toda tu vida, pasar una tarde en este bar al aire libre saboreando este licor, probando ceviches exóticos y conversando se convierte en una gran oportunidad. Además, el personal del hotel puede arreglar aventuras a tu medida, desde un paseo en kayak por las famosas playas del Mar de Cortés (no puedes dejar de conocer la Playa del Amor ni de ver a los lobos marinos), hasta una excursión para avistar ballenas (en temporada), una ruta por el desierto o un juego de golf. En todos los casos el guía es privado y el hotel te planea tu propio picnic (te empaca los alimentos). También, si estás de capricho, puedes decidir ver una película en la playa. Acostado en una hamaca con tu drink favorito en mano, te instalan una pantalla de plasma y tu película favorita a la orilla del mar.

No cabe la menor duda. Definitivamente, el paraíso se ubica en Los Cabos.