A las espaldas del enorme Templo de Santo Domingo de Guzmán, se encuentra el Jardín Etnobotánico de Oaxaca. El recinto instalado en lo que alguna vez fue parte del convento que acompañaba la iglesia, es una de los espacios más importantes de la ciudad. Éstas son las razones por las que no debes perdértelo.
En el siglo XIX, las Leyes de Reforma obligaron a los religiosos a abandonar los espacios donde rezaban y vivían. El ejército tomó posesión del Convento de Santo Domingo como cuartel de caballería hasta 1994. En ese año, el terreno quedó inhabitado y los edificios militares modernos se derrumbaron. Un lugar de tal importancia histórica planteaba una incógnita: ¿qué hacer con el espacio?
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La iniciativa privada al saber que el Convento ya no estaba ocupado, propuso la realización de un complejo hotelero. En contrapropuesta y como resistencia a la reducción de espacios públicos, un grupo de ciudadanos preocupados por el destino del predio gestionaron la creación del jardín.
Entre las personas que llevaron a cabo esta movilización, se encontraba el famoso artista plástico Francisco Toledo. Los ciudadanos lograron que el complejo se convirtiera en un espacio público: el Jardín Etnobotánico de Oaxaca.
De acuerdo con el sitio web del Jardín, «Oaxaca no sólo es la entidad donde viven más grupos étnicos y donde se hablan más lenguas indígenas, es también el Estado donde existen más especies de plantas y animales».
El espacio es más que un jardín botánico. El nombre de etnobotánico se debe a la gran variedad de especies con significado cultural que pueden verse dentro del jardín. A lo largo del recorrido, las personas encargadas de la visita guiada explican algunas de las plantas más importantes, sus usos y por qué se encuentran en este recinto.
Árboles de más de 8 metros transplantados, excursiones a las sierras oaxaqueñas, búsqueda de especies amenazadas, investigaciones etnográficas y un gran interés por la diversidad botánica cultural oaxaqueña fue lo necesario para que este lugar pudiera mantenerse en pie.
Al día de hoy, el jardín sigue siendo motivación y hogar de cientos de investigaciones, pero también de talleres, cursos, actividades infantiles, e incluso puede ser reservado para eventos sociales como sesiones fotográficas y bodas.
Reconocer la importancia de las plantas en la vida humana a través de espacios que promueven su conservación y el conocimiento de sus propiedades es rendir homenaje a la naturaleza para darle el lugar que merece.
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