Las casas particulares ofrecen la oportunidad de conocer el día a día de la realidad cubana y sus sabores.
BED & BREAKFAST
Hotel Nacional es un símbolo soberbio de la capital cubana. La vista desde aquí es increíble, pero uno se pierde de mezclarse con los locales. Hospedarse en una casa particular es buena opción.Estas estancias ofrecen una mirada exclusiva de la auténtica vida cubana y hasta de discutir los temas tabú.
La casa de Isidro y Julia, en el barrio El Vedado, a unos pasos de la entrada a la Universidad de la Habana, tiene un hermoso patio frontal, con vista a los techos coloniales circundantes. Lo mejor es que inmediatamente formas parte de la familia, como lo hice. Jugué dominó con Isidro, quien me propinó una paliza y luego nos amontonamos en la sala frente al televisor para ver a Castro dirigirse a la asamblea nacional por primera vez en cuatro años.
La atmósfera familiar de la casa se complementaba con el confort que encontré en casi todas las estancias que visité. También, al igual que en otras casas, el desayuno era ligero. El café, por otro lado, no dejaba lugar a quejas, era corto, fuerte y delicioso.
En Casa Wilfredo, con sus interiores bien preservados con todo y enormes candelabros, se puede evocar el espíritu del esplendor de la época prerrevolucionaria. Su balcón ofrece una clara panorámica de los barcos que pasan junta a la fortaleza de El Morro y hacia el faro que alguna vez guió la entrada al puerto de La Habana. Wilfredo y yo compartimos puros.
En las otras ciudades más frecuentadas de la isla, no se necesita reservación para una casa particular. Es el caso del paraíso ecoturístico Viñales, ubicado en las montañas de Guaniguanico, en la región donde se siembra el mejor tabaco. Aquí, los dueños de estas estancias se agolpan en la terminal de autobuses para bombardear a los turistas con fotografías y descripciones de sus casas. Lo mismo aplica en Trinidad, una colorida y pequeña ciudad Patrimonio de la Unesco, con sus calles adoquinadas y unas 400 casas. Casa Font es una residencia antigua repleta de antigüedades, entre las que destaca una bandera de 1902, un pozo que aún funciona en el patio trasero. Aquí probé la más grande y suculenta langosta que haya comido jamás, que por cierto, era sólo una parte de la comida de cuatro tiempos que disfruté por apenas 13 dólares. Con la ayuda de una botella de ron como digestivo, una partida de dominó de nuevo trajo la oportunidad de socializar, y nuestro anfitrión nos llevó a bailar a una disco escondida en las profundidades de una cueva.
Hay que estar abiertos a la aventura, un día nos sorprendió una tempestad y nos quedamos sin luz, así que departí en un cuarto oscuro sentado en una delicada silla de madera «de las de antes» con mi anfitrión, su esposa, padre e hija. Una experiencia verdaderamente inolvidable.
Las casas particulares no sólo te dan acceso a la Cuba auténtica, la convivencia también te genera un sentimiento de cercanía hacia esta tierra. En un país tan profundamente cultural, ambas sensaciones resultan enriquecedoras. Deja que el sabor de la isla te bañe por completo.
Puedes encontrar más información sobre estas casas particulares en sitios como www.casaparticularcuba.org
Casa Isidro y Julia
San Lázaro 1208, La Habana
Tel. (53-7) 878-2987
Yoannis2001@yahoo.com
Casa Carvajal
Calle K 254, La Habana
Tel. (53-7) 831-1764
alecarvajalgarcia@gmail.com
Casa Wilfredo
Cárcel 59, (al lado de la embajada española), La Habana
Tel. (53-7) 860-2515
Villa Pitin y Juana
Km 25 Carretera a Pinar del Río 2, Viñales
Casa Font
Gustavo izquierdo 105, Trinidad
Tel. (53-41) 993-683