En la costa, ubicada sobre el golfo de México, atracan cruceros y multitudes de turistas visitan la parte histórica de Galveston.
Andy Hancock es un tipo robusto. Uno puede imaginarse inmediatamente que conduce camiones a lo largo y a lo ancho de Estados Unidos. Sin embargo, su profesión es otra: Andy es escultor. Este hombre, de origen australiano, vivió y trabajó durante muchos años en Gales. Desde hace algunos años, su hogar es South Padre Island, una isla alargada situada frente a la costa sur de Texas. "Aquí siempre hace calor, siempre hay sol, y la arena es única", dice. Esto es importante: la arena es la principal materia prima con la que trabaja Andy: este inmigrante construye castillos de arena.
Con su hobby, Andy es un personaje bastante exótico en la llamada Riviera de Texas. ¿Perdón? Muchos turistas que visitan Estados Unidos conocen las largas playas en la Costa Oeste y el litoral, muchas veces rocoso, de la Costa Este. Sin embargo, este país cuenta con una tercera costa, en Texas, sobre el golfo de México. En los puertos de esta costa atracan cruceros y a lo largo de los aproximadamente 600 kilómetros de carretera entre Galveston y la frontera con México hay toda una serie de ciudades pequeñas y bonitas. Aquí hay mucha tranquilidad y pescado fresco. Y por todas partes playas de fina arena blanca.
En una de esas playas, Andy tiene su oficina y su taller, debajo de un techo de madera. A cada persona que le visita le da no solo una caja de herramientas, sino también un refresco: en esta región, el sol arde todo el día. El "toolkit" es el souvenir de un seminario único: Andy Hancock les enseña a sus visitantes cómo construir obras de arte hechas de arena. Castillos con escaleras, voladizos, postigos y muros de ladrillo, pero también toda clase de animales.
Se necesita mucha agua y los instrumentos adecuados para construir cosas bonitas con las ingentes cantidades de arena. Y un par de buenos consejos de parte del artista. "Aquí, el ambiente nunca se hace aburrido", dice. Así es: la abuela y su nieto, empresas y familias se dan cita en la casa de Andy. Todos se divierten y apenas pueden creer que el curso ya termina después de dos horas. Sin embargo, en la pequeña isla de South Padre, cerca de la frontera con México, los turistas no solo pueden construir castillos de arena.
"Aquí viene mucha gente que se adentra en el mar para practicar la pesca deportiva", dice el alcalde, Robert Pinkerton Jr. Con sus propios barcos o durante excursiones guiadas, muchas veces esperan todo el día para poder capturar un pez gordo. Esto no le gustará a todo el mundo, pero en la playa o en el agua hay otras posibilidades para pasar el tiempo: a lomos de un caballo, por ejemplo, dando un paseo por la playa de Corpus Christi.
En muchos lugares de la costa también se puede aprender a practicar el surf, aunque el oleaje en esta costa no se puede comparar con el de las grandes zonas de surf de Estados Unidos. "Sin embargo, eso no importa", dice el profesor Jeff de la Ohana Surf School en Galveston. "Aquí está más tranquilo y uno puede aprender los movimientos".
Cuesta creer que la ciudad más grande de Texas está a dos pasos de aquí. "Desde Houston se puede llegar aquí en coche en aproximadamente una hora", dice Jeff. Sin embargo, mucha gente que vive a orillas del mar nunca quisiera volver a la ciudad. "Aquí están muy lejos las grandes carreteras y los rascacielos. Me gusta mucho", dice el apasionado surfista.
Multitudes de turistas visitan la parte histórica de Galveston, ciudad que fue construida en 1836 sobre un banco de arena. Se puede ver aun hoy que esta localidad tuvo un pasado rico. A finales del siglo XIX se construyó aquí el tercer mayor puerto de aguas profundas de Estados Unidos, junto con un barrio financiero floreciente.
Con el trabajo y los habitantes adinerados llegaron al golfo de México no solo la arquitectura victoriana y las bonitas mansiones, sino también la cultura: hasta el día de hoy sigue funcionando la ópera, del año 1894, una auténtica joya arquitectónica.
Galveston es considerada como el límite norte de la Riviera de Texas. Viajando en coche desde Galveston hacia el sur, siempre por la TX 35, uno simplemente puede elegir el pedazo de playa que más le guste. Muchas de las islas, trátese de Galveston, Mustang Island o la Padre Island National Seashore, no han sido invadidas por las grandes cadenas hoteleras estadounidenses. Aquí todavía hay pequeños moteles y pensiones, y los restaurantes son más bien los bares habituales de la población local.
Por todos lados el ambiente es solitario, salvo durante las vacaciones de primavera en marzo. Después de esa semana, la playa y el mar pertenecen nuevamente a los pájaros y los peces, y a los pocos turistas que disfrutan del sol en esta región o que construyen junto con Andy Hancock un castillo de arena.
Información básica: la costa texana del golfo de México
Destino: Según la Oficina de Estadística de Estados Unidos, la costa de Texas tiene una extensión de casi 367 millas (poco menos de 600 kilómetros), entre la frontera del estado de Louisiana y la frontera con México, cerca de la ciudad de Brownsville. El nombre de Riviera de Texas se asignó al tramo costero situado al sur de Galveston.
Cómo llegar: Muchas compañías aéreas vuelan directamente a Houston. Desde la capital texana se puede llegar en coche a Galveston en poco menos de una hora. Quien quiere viajar más hacia el sur puede volar de Houston al pequeño aeropuerto de Harlingen. Cuándo viajar: En la costa texana del golfo de México, durante todo el año el tiempo es caluroso y la temperatura del agua es agradable. Tampoco en invierno, las temperaturas raras veces bajan de los 20 grados. En verano puede hacer mucho calor.
Alojamiento: Entre Galveston y South Padre Island hay desde campings, moteles y pensiones sencillos hasta hoteles de lujo pasando por habitaciones y apartamentos.
Informaciones: texas@mangum.eu (ww.traveltex.com).