Quien resista una temperatura de hasta 45 grados, puede aprovechar las rebajas en los hoteles.
Un cielo libre de nubes y un sol radiante unido a una leve brisa del noroeste. Es el anuncio del piloto antes de tomar tierra en Dubai. En realidad es el clima perfecto para unas reparadoras vacaciones en la playa, ¿pero con 45 grados centígrados?
Muchos visitantes llegan en verano, porque así pueden permitirse pernoctar en hoteles de lujo que en otras épocas del año resultarían demasiado caros. Otros llegan coincidiendo con las vacaciones de verano en la escuela de sus hijos. «El verano en el Golfo Pérsico con sus entre 40 y 45 grados es un asunto verdaderamente caliente», dice Michael Sorgenfrey.
El alemán, director de un hotel grande en Dubai, confiesa que no le resultó fácil del todo acostumbrarse al caluroso clima cuando asumió hace dos años su puesto en el emirato. «Al conducir en el auto con el aire acondicionado a veces se empañan los cristales, pero desde afuera, y se deben poner en marcha los limpiaparabrisas», explica Sorgenfrey, quien también ve el lado bueno de la época más calurosa del año. «Cuando el tiempo me lo permite, comienzo el día con un paseo sobre la blanca arena y dejo que mis pies se enjuaguen con la cristalina agua de mar. A primera hora de la mañana todavía no hace tanto calor, y tengo la playa prácticamente para mi».
Entre semana, se recomienda pasar el día en habitaciones con aire acondicionado. Sobre todo las grandes superficies comerciales invitan a comprar y gastar dinero. Hay además numerosos espacios de aventuras para niños, como el popular «Modhesh World». Quien así lo desee, puede intentar trepar por las paredes de escalada en uno de estos complejos bien climatizados, jugar a los bolos o practicar el esquí acuático con parapente en el túnel de aire vertical. Incluso los esquiadores y amantes del snowboard suelen quedar safistechos en el lugar. Para las familias árabes, por ejemplo, la toma de contacto con la nieve es un evento de primera linea.
En los meses de verano, en Dubai también se celebra el Ramadán, que este año tiene lugar hasta el 27 de julio. Quien quiera saber más sobre el islam y la cultura del emirato, puede visitar el Sheikh Mohammed Center for Cultural Understanding en la mezquita de Yumeirah. Debbie Jaunich, una estadounidense convertida al islam, explica allí por ejemplo que en el Ramadán además del ayuno es importante el recogimiento interior y la purificación. «Los visitantes deben respetar estas costumbres», afirma Sorgenfrey. «Pueden comer por ejemplo en zonas de los restaurantes fuera de la vista del público. Lo único que sigue siendo tabú es el alcohol», dice.
Tras la puesta del sol, todos se reúnen para el Iftar, la fiesta del fin del ayuno. Muchos hoteles levantan para ello suntuosas tiendas. Sólo lo mejor de la cocina oriental llega a la mesa. El momento más destacado es la fiesta del Eid al Fitr al final del mes de ayuno. Los extranjeros invitados son bien vistos en esa fiesta.