Ningún otro pueblo en Mallorca es un imán tan grande para el turismo que Valldemossa.
Valldemossa, un pueblo de montaña en Mallorca donde Frédéric Chopin pasó alguna vez el invierno, recibe cada año a 1.2 millones de turistas. Ahora se espera un verano turístico récord, pero ¿cuántos visitantes puede soportar en realidad la pequeña localidad?
El busto de Chopin se encuentra ahora en el jardín de Joan Carles I, detrás de un seto y rosales espinosos. En el pasado, el rostro del compositor adornaba de forma prominente la plaza frente al monasterio cartujo, donde Chopin y la escritora George Sand pasaron el invierno de 1838. Sin embargo, demasiados turistas tocaban en la plaza la nariz de bronce del pianista.
"Eso supuestamente traía suerte, pero el sitio ya está completamente desgastado, por lo que tuvimos que poner a salvo el busto", explica Jaume Salvà, concejal de turismo en el ayuntamiento de Valldemossa.
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Ningún otro pueblo en Mallorca es un imán tan grande para el turismo que Valldemossa, en el noroeste de la isla española. No solo porque la localidad se promociona como paradero temporal de Chopin, sino también por su maravillosa ubicación en la Serra de Tramuntana.
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Salvà calcula que actualmente llegan al pueblo unos 1.2 millones de turistas al año. Un día de junio, siete autobuses turísticos aparcan a la salida del pueblo. Frente a la iglesia del monasterio se arremolina un grupo de turistas franceses. Al principio de la zona peatonal, una guía turística llama en voz alta a un grupo de rusos que hablan por los codos.
Quien gana un buen dinero como dueño de un negocio o un restaurante gracias a la gran afluencia de turistas aguarda con alegría la llegada de la temporada récord. Sin embargo, no pocos de los habitantes normales a veces tienen ganas de maldecir a las hordas de turistas con sus cámaras y gorros para protegerse del sol, sobre todo los domingos, cuando hay mercado en la plaza mayor.
Además, Salvà muchas veces escucha la queja de que la localidad ya se parece más a un museo y la zona peatonal a una enorme tienda de souvenirs. "Tan solo aquí tenemos cinco tiendas de perlas, y no se puede negar que esas tiendas no están allí para los habitantes del pueblo". Y el turismo también es una importante fuente de ingresos para el ayuntamiento, por ejemplo a través de las tarifas de aparcamiento o los impuestos que cobra a los comerciantes. De esta manera, el turismo beneficia indirectamente a todo el pueblo.
"Debemos compatibilizar mejor los intereses de la población y los de los turistas", opina Salvà. También en Valldemossa, la palabra mágica para lograr este objetivo es "mejorar la calidad". Según el concejal de turismo, en vez de las tiendas de souvenirs y tarjetas postales, que siempre son iguales, sería deseable tener un poco más de diversificación, también en materia gastronómica. En los bares y cafés de la zona peatonal hay poco más que sándwiches, tapas preparadas sin amor y la especialidad pastelera del pueblo, un dulce esponjoso llamado coca de patata.
Sin embargo, el típico programa turístico de Valldemossa apenas deja margen para dar grandes paseos o almorzar tranquilamente: las excursiones organizadas, que también son populares entre los turistas de cruceros, están planeadas de forma muy estricta. Y el que viene por propia cuenta generalmente no se queda ni dos horas.
"El tiempo medio de aparcamiento solo son 104 minutos", dice Jaume Salvà, quien lo ha averiguado en base a los tickets de estacionamiento. Su objetivo es aumentar el tiempo medio a tres horas.
Para Sarah y Jan, que acaban de llegar en coche de alquiler, tres horas probablemente sería demasiado. "Está muy concurrido aquí. Quizás comamos un helado para seguir viaje después", dicen los dos turistas alemanes, provenientes de Colonia y Berlín.
Información básica: Valldemossa
Destino: Valldemossa está situada en la Serra de Tramuntana, a unos 18 kilómetros de Palma, la capital de Mallorca.
Cómo llegar: Desde la Estació Intermodal en la Plaza de España en Palma sale cada media hora un autobús de la línea 210 hacia Valldemossa. El viaje dura unos 30 minutos. El taxi solo necesita 20 minutos para llegar pero en vez de dos euros, cobra 25 o hasta 30 euros.
Atracciones turísticas: el monasterio cartujo con su museo, donde se pueden contemplar, entre otras cosas, partituras de Chopin y el manuscrito del libro "Un invierno en Mallorca", de George Sand. También hay una farmacia del siglo XVIII. Merece la pena visitar asimismo el Palacio del Rey Sancho y los jardines de Joan Carles I. Además, Valldemossa es un punto de partida para hacer caminatas en la sierra de Tramuntana, por ejemplo siguiendo el camino de herradura del archiduque Luis Salvador de Austria.
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