La historia de Frodo Bolsón puede ser mera ficción, pero los paisajes que inspiraron a Tolkien no lo son, y los puedes recorrer en esta ruta.
Hace 70 años, el mundo escuchó por primera vez de La Comarca, aquel pintoresco lugar en el que habitaban unas criaturas llamadas hobbits. Era 1954 y la trilogía del Señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien acababa de sacudir el mundo. Ahora, casi un siglo después, lo sigue haciendo.
Ciertamente, las historias que ahora recogemos de la tinta y el papel, alguna vez estuvieron frente a los ojos del escritor británico; paisajes nostálgicos, que enardecían la vida campestre, y la volvían tan mágica como los personajes que luego la habitaron. Muchos de esos paisajes son más que una descripción, y si así lo deseas, están listos para ser recorridos. Aquí sí puedes pasar.
El sendero de Tolkien: Todo comienza en Lancashire, Inglaterra
En la década de 1940, el hijo de Tolkien trabajaba como profesor en un prestigioso internado en Lancashire en donde el escritor residió por un tiempo. Fue durante este tiempo, pasado en el aire crujiente del noroeste de Inglaterra, en donde Tolkien tomó inspiración para describir La Comarca; de manera específica, en las colinas ondulantes y la zona boscosa que rodea el valle de Ribble.
Cabe mencionar, que desde el 2002, el sendero de Tolkien es un recorrido para todos los aficionados del Señor de los Anillos. La ruta inicia en un pub del siglo XVII ubicado en el valle de Hurst Green, que el escritor solía frecuentar, y se extiende por 11 kilómetros.
El Ojo de Sauron
Cerca de esta locación se encuentra St Mary’s Church, un recinto con un interesante detalle: en una de sus torres, justo a la mitad, está tallada la forma de un ojo. En esta iglesia es el Ojo de Dios. Mientras que en la ficción de Tolkien, es el Ojo de Sauron.
La ubicación que Tolkien admitió haber utilizado: Somerset, Inglaterra
Varias ubicaciones dentro del imaginario de Tolkien son meras conjeturas, sin embargo, existe una confirmada por el mismo autor.
En 1916, durante su viaje de luna de miel, Tolkien visitó Cheddar George, el lugar que inspiraría las Cavernas de Aglarond. Este valle alberga cavernas repletas de estalactitas, estalagmitas, formaciones minerales y rocosas.
Tolkien, deslumbrado, tomó nota del deslumbrante paisaje para crear el escenario que Gimli describe como una de las maravillas del norte.
La Cueva de Gough corresponde, tal cual, a la siguiente descripción del libro:
«Columnas blancas de azafrán y rosa del alba… vetadas y retorcidas como si fueran parte de un sueño”
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Detrás de El Hobbit: Denize Bluffs
Denize Bluffs es, sin lugar a duda, uno de los lugares más reconocibles en el imaginario de la Tierra Media.
Situada en Nueva Zelanda, esta finca privada está cubierta por interesantes formaciones rocosas, arbustos silvestres, cuevas, y rincones.
En la realidad, este lugar le ha pertenecido a la misma familia ganadera por tres generaciones. Los actuales dueños, Warrick y Suzie Denize, se enorgullecen de que su finca sea ahora parte del legado del Señor de los Anillos. Por lo mismo, ellos mismos llevan a cabo una serie de recorridos por la propiedad, en donde cuentan historias inéditas de la producción de la película, aportándole aún más significado al paisaje.
Puerta de Moria: su inspiración religiosa
Tolkien era un hombre religioso, y aunque lo haya negado, su obra está repleta de alusiones espirituales.
Al ser un profesor de Oxford, el escritor frecuentaba el pintoresco pueblo de Cotswolds, al que se conoce por sus hermosas iglesias.
Una de ellas, la Iglesia de St Edward, tiene una de las puertas más retratadas de la historia: una pieza de arte tallada sobre madera con un arco medieval, del que cuelga una eterna lámpara de aceite. A esta puerta la custodian dos árboles centenarios, retorcidos, y barrocos, que se enrollan sobre la entrada.
Afortunadamente, al escribir, Tolkien realizaba dibujos que acompañaban sus descripciones. Así, el dibujo de la Puerta de Moria, la entrada luminiscente que nos recuerda a un engrandecido Gandalf, verdaderamente retrata la puerta de aquella iglesia a la que Tolkien acudía como fiel creyente.
El Reino de la magia negra: Teide
Para los Guanches, nativos de la isla de Tenerife, Teide era la entrada al inframundo, hogar de Guayota, el dios maligno, quien intentó secuestrar al Sol y fue castigado con una prisión adentro de un volcán.
Con su viento salvaje, árboles esqueléticos, y polvorosa superficie, Teide ha sido el escenario de la nueva serie Los Anillos del Poder. Aquí, es fácil imaginar a un hechicero que ha perdido la memoria y vaga por los paisajes lunares de Tenerife en compañía de dos hobbits. Para Tolkien, Teide es el Reino de Rhûn, una región dominada por la magia negra.
El hogar de los Ents: Fiordland
Ya conocemos los lugares en donde se inpiró la historia, pero, ¿en dónde tomó lugar la película? Nueva Zelanda, en específico Fiordland, fue el espacio que el director, Peter Jackson, natal de esta tierra, seleccionó para llevar la Tierra Media a pantalla.
Fiordland es una región de ríos, bosques, montañas nevadas y glaciares. Su evidente biodiversidad, y territorio virgen, la llevó a ser la indicada para cumplir con las expectativas del universo de Tolkien.
Aquí se grabaron épicas escenas como la lucha de los Ents contra el hechicero Saruman.
Para visitar los rincones de Fiordland, y sus misterios ocultos, los turistas se hospedan en Te Nao, la ciudad a las orillas del río. Aquí se pueden encontrar diversas opciones de hospedaje, restaurantes, y recorridos guiados que te llevarán al Parque Nacional de Fiordland.
Hoy más que nunca, la Tierra Media abre sus puertas a un recorrido que se caminó primero en el cuaderno de notas de Tolkien.
Este texto fue escrito por Aura Moreno Rosales, periodista de profesión y lectora suspirante. Le gusta trotar por el mundo, sobre todo si es a través de las palabras. Colabora como redactora en National Geographic en Español.
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