Platicó con nosotros sobre su experiencia en el mundo hotelero.
Henrich M. Morio, el gerente general de Burj Al Arab en Dubái, el hotel poseedor de siete estrellas y considerado el mejor del mundo, nos cuenta sobre su pasión por la profesión que ejerce.
¿Cuándo comenzó tu interés por el turismo?
Empezó desde que tenía 17 años, estaba apunto de graduarme y tenía que elegir una carrera. Mi mamá me aconsejó que estudiara algo relacionado con el turismo y gracias a ese maravilloso consejo este año cumplo 35 años sirviéndole a la industria.
¿Recuerdas algún viaje que haya marcado tu vida?
La mayoría de los viajes que he realizado están relacionados con mi trabajo y probablemente han marcado mi vida laboral, pero no la personal. Sin embargo, hay un viaje del que sí tengo un recuerdo especial. Yo nací en Estados Unidos, unos años después me mudé con mis padres a Alemania y para estudiar la carrera regresé a EUA, fue una experiencia muy enriquecedora porque con ese viaje me convertí en una persona independiente.
¿Te sientes en el tope de tus metas o crees que aún te falta un objetivo más por conquistar?
Cuando uno alcanza una meta, quiere ir por la siguiente, la persona que no piense así es que no está detrás del éxito.
¿Consideras que la administración hotelera ha cambiado en los últimos años?
La base sigue siendo la misma: complacer al cliente en todos los sentidos. Sin embargo, sí es un campo que cada vez exige más, ya que la competencia crece todo el tiempo y uno ya no sólo piensa en un hotel como tal, sino que ahora debe pensar en uno enfocado en un target específico. Son muchos hoteles los que van detrás del mismo cliente, uno debe luchar por ganárselo.
Entonces, ¿para qué nicho recomiendas a Burj Al Arab?
Ese es el plus de mi hotel, que es para todos (claro, sin contar al nivel socioeconómico porque es el hotel más caro del mundo), familias, lunamieleros, parejas que quieran celebrar un momento especial, etc.
Además de tu trabajo y tomando en cuenta que eres una persona que se crió en occidente, ¿te gusta vivir en Dubái?
¡Por supuesto! Es una ciudad supercosmopolita, fascinante, vibrante, tiene gente increíble. Dubái es una amenidad en sí.
Eres el gerente general del hotel más lujoso del mundo, ¿eso hace que cada vez que te hospedes en un hotel lo compares con Burj Al Arab?
Al contrario, me gusta encontrar las cualidades de otros hoteles para implementarlas en el mío. Sin embargo, cuando viajo con mi familia prefiero rentar un departamento.
¿En algún momento de tu vida te gustaría ser el dueño de tu propio hotel?
Para nada, esta es una profesión en la que se trabajan largas horas, es realmente demandante. Si yo fuera el dueño, nunca tendría tiempo para mí y para mi familia. Descansar también es importante.
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