Eslovenia es uno de los rincones secretos de Europa. Su paisaje casi intacto y su pasado yugoslavo le dan un carácter fuera de lo común.
Recorrer este país, es descubrir riquezas naturales y un legado cultural enorme. Sus tierras guardan una belleza inusual que enmarca castillos medievales, montañas nevadas, lagos de ensueño, grutas impresionantes, exuberantes viñedos, playas y otros territorios que guardan siglos de historia. Por su tamaño y ubicación en el mapa, en Eslovenia puede, en un mismo día, esquiar en los Alpes y bañarte en el mar Adriático.
La mejor forma de descubrir un lugar es de mano de un local, y eso hice: recorrí Eslovenia junto con mi amigo y colega fotógrafo Samo Vidic, quien reside en Bled, adonde llegué manejando desde Salzburgo.
Austria está separada de Eslovenia por la cadena montañosa de Karavanke, que llega hasta Ljubljanica y Maribor. Esta zona forma el cordón occidental de los Alpes Julianos con su pico Triglav, que es símbolo nacional de los eslovenos; los bosques y lagos adyacentes fueron destinados en 1981 como Parque Nacional. A las faldas de los Alpes Julianos nacen los ríos Soca y Sava donde se practica piragüismo, canyoning y hasta rafting, también es posible volar en parapente, en el ala delta o pedalear en bicicleta de montaña.
La ciudad de los manantiales
En el borde del Parque Triglav y los Alpes está Bled, famoso por su lago idílico (sus aguas provienen del deshielo del glaciar Bohinj) y castillo que se eleva sobre esta ciudad famosa por sus manantiales termales. Samo me llevó a conocer los atractivos turísticos.
Nuestra primera visita fue a una isla pequeña ubicada en medio del lago, adonde llegamos en góndola, en el trayecto admiramos gran variedad de peces, patos, cisnes y gaviotas. En la isla está la iglesia de la Asunción, que data del siglo XVII, alrededor de ésta y de su campana gira la leyenda sobre la Campana de los Deseos, que cuenta la historia de una viuda que vivía en el Castillo de Bled, unos ladrones mataron a su esposo y tiraron su cuerpo al lago.
Llena de tristeza a diario visitaba la isla y rezaba en la capilla. Un día mandó a cubrir de oro una campana que sería colocada en la capilla; pero al ser transportada, una tormenta hundió al bote (dicen que hoy día en las noches estrelladas se escucha el tintineo de aquella campana).
Después del accidente, la viuda vendió sus propiedades y mandó construir una iglesia en la isla. Se mudó a Roma y después de su muerte, el Papa bendijo la nueva campana que fue colocada en 1543 por Francis Patavinus, desde entonces cumple los deseos de los visitantes de la isla.
De regreso al muelle nos dirigimos al Castillo de Bled, el más antiguo de Eslovenia y localizado en lo alto de un precipicio desde donde se tiene una vista panorámica.
En torno al lago se ha construido una villa turística llena de hoteles, bares, restaurantes, cafés, hosterías y boutiques (http://www.bled.si).
La deportiva Kranjska Gora
Al día siguiente fuimos a Kranjska Gora, destino que en verano atrae a los amantes de los deportes de naturaleza como senderismo, alpinismo, ciclismo, equitación, paracaidismo, pesca? y en la temporada invernal es visitado por los aficionados al esquí y actividades invernales.
Este lugar también es escenario de los campeonatos para la copa mundial de esquí alpino, aquí se localiza Planica, donde ?por fortuna? asistí al Mundial de Salto en Esquí. Tiene la pista con el trampolín más grande del mundo para saltos de 100 y 200 metros de distancia (www.planica.si).
La Ciudad de los Dragones
El siguiente punto fue Ljubljana, capital de Eslovenia, ubicada a orillas del río Ljubljanica. Al recorrer esta ciudad puedes sentir y ver cinco mil años de historia. No te pierdas las ruinas de la Emona romana, el antiguo casco antiguo y el castillo medieval.
Uno de sus atractivos es su ambiente, que sumado a su belleza arquitectónica resultan en una metrópoli dinámica. Disfruta de los inmuebles con influencia del barroco italiano, así como los más nuevos construidos después del terremoto de 1895. Ljubljana goza de una vida cultural animada.
Tiene una de las filarmónicas más antiguas del mundo y es famosa por sus festivales culturales. Navega por el río Ljubljanica para que puedas contemplar sus puentes llenos de esculturas de dragones. Piérdete por el casco antiguo lleno de agradables cafeterías, pastelerías, boutiques, pizzerías y restaurantes en donde sirven gastronomía eslovena.
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Otros sitios que vale la pena visitar son: el parque Tivoli, el mercado de pulgas los domingos, y visitar el jardín botánico con más de 4500 especies de plantas.
La costa eslovena
Para finalizar este viaje recorrimos la costa del Mar Adriático. A cada kilómetro hay una sorpresa como el acantilado de Strunjan de 80 metros de altura, las salinas de Secovlje, en esta zona podrás observar más de 150 especies de aves. Además, podrás visitar las ciudades de Portoro, Izola, Koper y Piran, esta última es una joya de arquitectura veneciana y está ubicada en un extremo de la península de Istria. Entre lo más destacado está: la muralla que la rodea, la Parroquia de San Jorge, en el casco Viejo, fundada en 1344; los edificios del Ayuntamiento y el Juzgado, en la Plaza de Tartini.
A orillas del mar, a un costado de la marina, se localizan numerosos cafés y restaurantes, que le dan un ambiente totalmente distinto al que se vivía antes de la desintegración de la ex Yugoslavia.
LO QUE NO SABÍAS
Posee la gruta turística más antigua en Europa:
Vilenica, que ya ofrecía visitas guiadas en el siglo XVII. La Gruta de Postojna, documentada por primera vez en 1213, es una de las más populares. Las Grutas de ‘kocjan, Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco, albergan el desfiladero subterráneo del río Reka, de 1400 metros de longitud y 150 de profundidad. En la región del Karst esloveno vive el único vertebrado europeo cuyo hábitat son las grutas: el proteus anguinus conocido como «pez humano».