Tras el reino de los flamencos rosados

La reserva de la biósfera de Ría Celestún.

De enero a marzo en la reserva de la biosfera Ría Celestún sucede algo que no verás en ninguna otra parte del mundo: en sus aguas se agrupan al mismo tiempo más de 50 mil flamencos rosados. Ellos buscan aparearse y los turistas de todo el mundo acuden simplemente a admirarlos.

Mientras uno se acerca a su morada, el calor se vuelve más intenso, la extrema concentración de sal que hay aquí eleva la temperatura hasta 35 grados centígrados. Los miramos mientras cortejan a las hembras desde nuestras lanchas de remos, la distancia máxima a la que pueden acercarse las lanchas sin asustarlos es 20 metros.

Nuestro guía es Alexander Dzib Chay, ornitólogo y protector de aves oriundo de Celestún. Es un amante de esta especie y nos platica sus curiosos por menores. Nos dice, por ejemplo, que es de las pocas aves que le dan leche a sus polluelos -las otras son el pingüino y la paloma-, no exactamente como lo hacen los mamíferos sino a través de la regurgitación, lo que permite que sean ambos padres quienes puedan alimentarlos. También aprendemos que su intenso color rosado sólo lo podemos apreciar en este rincón de México, que lo obtienen de los carotenoides presentes en crustáceos (su principal alimento es la artemia salina) o moluscos y que la tonalidad es más fuerte en los machos con el fin de parecer más atractivos para las hembras. Viven entre 40 a 45 años y por un año son monógamos -durante el período de reproducción-.

En las lagunas ubicadas en el municipio de Celestún existe la mayor concentración de aves acuáticas en la región, ?hay miles o millones de crías de peces, las aves siguen a estos peces para tenderles una emboscada y todos alimentarse a la vez, lo que también aumenta su supervivencia?, de ahí que podamos apreciar a tantos flamencos juntos.

Gracias a diversas organizaciones hoy existe una mayor conciencia sobre el cuidado de la zona -la categoría de biosfera es la más alta en cuanto a protección-, pero la vida del flamenco no siempre ha sido fácil. En abril de 1998 ocurrió una gran inundación, se recolectaron 350 huevos para protegerlos, personas como Alexander Dzib fueron los responsables de cuidarlos, luego de que eclosionaron las escuelas locales ayudaron a alimentarlos con biberones. Una loable labor comunitaria que permitió que 250 polluelos lograran sobrevivir.

Luego de huracanes devastadores como Gilberto (1998) o Wilma (2005) también se han hecho labores de rescate. Actualmente se trabaja en la reducción de la contaminación de las aguas superficiales y del manto freático (ya que muy pocas casas cuentan con fosa séptica), la lucha contra el saqueo de huevos de tortuga y plantas, la concientización de turistas y la población local en general, más la solución para que puentes y caminos no afecten el flujo de las aguas marinas y dulces esenciales para el desarrollo de las especies.

La experiencia es por demás conmovedora,  verlos elegantemente parados sobre una sola pierna o emprender el vuelo en un cielo tan azul quedará grabado en mi memoria para siempre, me marcho triste pero mantengo la promesa de volver a verlos.

Logística
Para una experiencia más auténtica contacta a Alejandro Dzib: Cel:9889676130/ alexzay@hotmail.com. Su conocimiento es tan basto que la BBC y Disney lo han contactado para sus producciones.

¿Lo sabías?
Esta región fue importante en la economía mundial en 1927, la extracción de sal se convirtió en la principal actividad. Era enviada a Veracruz y de ahí al extranjero. Diez años después, luego de un fuerte temporal esto terminó. Hoy es conocida como la ?sal rosada de Celestún?, se extrae muy poca y es muy apreciada entre los chefs del mundo entero.

(Artículo publicado en la edición de marzo 2016 de National Geographic Traveler)

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