Hamburgo en canoa

Muchos hamburgueses ignoran que se puede aprovechar la ramificada red acuática del lugar.

El nombre de Hamburgo está asociado al agua. A su puerto, al río Elba y al lago Alster, que domina el centro de la ciudad alemana.

La mayoría de los turistas que visitan la ciudad hanseática opta por una clásica vuelta por el puerto o viaja en un barco de excursión por los canales de la metrópoli del norte de Alemania o por el Alster. Sin embargo, incluso muchos hamburgueses no saben que la ciudad con su amplia red ramificada de vías acuáticas también es un lugar atractivo para ir en canoa.

Alrededor del lago Alster y también en los canales de los distritos de Eppendorf y Winterhude hay numerosos sitios donde se alquilan canoas por horas y también por un día entero. Ir en canoa, en un ambiente relajado o deportivo, permite conocer Hamburgo desde una perspectiva totalmente diferente.

Unas breves instrucciones bastan para comenzar la aventura. Ir en canoa no es difícil. El timonel sentado en la proa mete la punta de la pala en el agua y la gira para direccionar la canoa. En los tramos rectos hay que dar paladas fuertes para avanzar rápidamente y mantener una buena sincronización con el compañero palista.

Cuando hace buen tiempo, hay un tráfico denso en el Alster Exterior. Hay niños aprendiendo a navegar a vela, catamaranes que se cruzan una y otra vez y embarcaciones de ocho con timonel que pasan velozmente por los lados. Todos, sean regatistas, remeros o piragüistas, tienen que dejar pasar los grandes barcos de vapor, que siempre tienen preferencia.

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El ambiente está más tranquilo en el río Alster con sus encantadores canales laterales estrechos a la izquierda y a la derecha. Una ruta bonita es la que pasa por el canal Leinpfad, atraviesa el estanque Rondeel y entra en el canal Goldbek hasta llegar al Stadtpark, el parque recreativo más grande de Hamburgo.

En las orillas de las vías acuáticas se alzan villas señoriales con jardines bien cuidados, y una y otra vez se ven pequeños parques con viejos sauces cuyas ramas caen hasta el agua. Los palistas experimentados también pueden bajar su bote al agua en el curso superior del río Alster. Desde el restaurante Heidkrug, cerca de la localidad de Ehlersberg, hasta la desembocadura del río Elba hay una distancia de 40 kilómetros.

Gose Elbe y Dove Elbe son los nombres en alemán de los dos brazos del Elba en las marismas al sureste de Hamburgo. Los brazos atraviesan los grandes huertos que abastecen de verduras a la ciudad y que conforman un área ideal para ir en canoa, también para principiantes.

«Usted puede hacer la gran vuelta en cuatro o seis horas», dice Marion Meier, quien regenta directamente en la orilla del Gose Elbe una empresa de alquiler de barcos. «Los barcos son estables y no es fácil que vuelquen, pero si la excursión a pesar de todo termina en el agua, la orilla siempre está cerca», dice Meier para tranquilizarnos.

Los primeros cuatro kilómetros del trayecto por el Gose Elbe, que tiene poca corriente, discurre río arriba. En el río flotan floridos nenúfares, las orillas están cubiertas de una densa vegetación de cañas y ortigas y están bordeadas por praderas y campos. Los caballos pastan pacíficamente y las vacas observan recelosas a los remeros que van pasando.

«Esta es pura naturaleza, a solo unos kilómetros del centro de la ciudad», dice Meier. No obstante, todavía quedan por palear 14 kilómetros. Pasamos por el Neuengammer Durchstich, un canal artificial que desemboca en el Dove Elbe. En la esclusa del Dove Elbe giramos a la izquierda. Pasamos delante del molino de Reitbrook y entramos en el campo de regatas. Las grandes praderas que rodean el lago Eichbaum invitan a un merecido picnic. (www.hamburg.de).