Italia crea una fuerza operativa que actuará para la UNESCO en caso de emergencias culturales.
El 30 de agosto de 2015 en Palmira, Siria, ocurrió uno de los más grandes desastres culturales: el templo de Bel, considerado uno de los monumentos religiosos más importantes y mejor conservados del siglo I en Oriente, fue destruido.
Este desastre, considerado ya un crimen de guerra según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, es uno de los muchos que han ocurrido en una reciente escalada de destrucción y saqueo sistemáticos de sitios culturales y ataques contra la diversidad cultural y las minorías culturales y religiosas.
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Ahora la UNESCO podrá solicitar al gobierno italiano que ponga a su disposición especialistas en conservación a fin de desplegarlos en sitios del patrimonio cultural afectados por crisis.
El convenio marca una etapa decisiva en el desarrollo de la Coalición Mundial de la UNESCO ?Unidos por el patrimonio? lanzada en junio de 2015 en la reunión del Comité del Patrimonio Mundial celebrada en Bonn, Alemania.
La UNESCO espera que otros países emprendan acciones similares a la de Italia para reforzar así la capacidad de la comunidad internacional de responder a las amenazas que afectan cada vez con mayor frecuencia al patrimonio cultural en diferentes regiones del mundo.
?La creación de esta fuerza operativa, que reunirá a expertos en patrimonio cultural y miembros de la policía italiana de carabineros especializados en la lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales fortalecerá nuestra capacidad de respuesta ante emergencias futuras?, afirmó en un comunicado Irina Bokova, Directora General de la UNESCO.
Estas medidas, que refuerzan la capacidad de la UNESCO de responder a los ataques contra el patrimonio cultural, se apoyan textos jurídicos internacionales, en particular la Convención de 1954 para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado.
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