Agitada, concurrida y con muchos sitios para visitar: así es Toronto, una de las ciudades más vibrantes y multiculturales del mundo. Sin embargo, en medio de este ritmo acelerado, puedes tomarte un momento para respirar aire fresco en medio de tu aventura citadina.
Después de visitar sitios icónicos como la CN Tower, el Royal Ontario Museum, la Casa Loma, el Ayuntamiento, los mercados de St. Lawrence y Kensington, o recorrer el Distillery District, haz una excursión de un día y explora tres sitios para conectarte con la naturaleza sin salir de la ciudad.
Las islas de Toronto
A un costado del parque urbano Harbour Square, muy cerca del centro de la ciudad, encontrarás la terminal de ferry Jack Layton, con rutas hacia las islas de Toronto. Toma una embarcación y dirígete a Centre Island o Ward’s Island. El emocionante viaje de aproximadamente 15 minutos a través del lago Ontario regala algunas de las mejores vistas del horizonte urbano de Toronto, además de significar una aventura extra antes de llegar a las islas. Desciende de la embarcación, ajusta los cordones de tu calzado –opta por los más cómodos que tengas– y a explorar se ha dicho.
Playas como Hanlan´s Point y Chelsea, parques naturales como Captain Mori y William Meany Maze, además de clubes náuticos como Royal Canadian Yatch Club, son perfectos para disfrutar el cálido clima veraniego y relajarte en uno de los escenarios más verdes de la ciudad. A esta aventura al natural agrega un poco de diversión en el parque de atracciones Centreville (con juegos mecánicos y fuentes para refrescarte), e historia, al visitar el faro más antiguo de Canadá, el Gibraltar Point, cuya construcción inició en 1808.
Nota: prepara la lente de tu cámara, pero sobre todo tu mirada, para maravillarte con las mejores vistas del paisaje urbano de Toronto desde esta zona de la ciudad.
High Park
Ubicado al oeste del centro de la ciudad (cerca de las estaciones de metro High Park y Keele), este parque urbano –el más grande de la ciudad– alberga jardines, estanques, arroyos, áreas de juego para niños, una red de senderos para caminar y andar en bicicleta, un zoológico y muchas zonas para hacer un pícnic, entre otros encantos.
Deambula entre los senderos y admira los árboles de maple centenarios que habitan en el parque y cuya hoja es la insignia nacional. Asimismo, no te pierdas el espectáculo visual que ofrecen los cerezos en flor y busca, entre los troncos, las ardillas juguetonas que rondan por el parque.
Sigue tu andar y visita el museo histórico Colborne Lodge, ubicado en una casa que data de 1836 construida por John George Howard, destacado arquitecto e ingeniero torontoniano.
Allan Gardens
Historia y naturaleza se mezclan en Allan Gardens, uno de los parques más antiguos de la ciudad. Fundado en 1858, este oasis en el corazón de Toronto incluye un conservatorio, festivales de temporada, juegos infantiles y dos áreas cercadas para que lo perros jueguen sin correa.
Echa un vistazo en sus cinco invernaderos y conoce las plantas que alberga: orquídeas, bromelias y begonias se encuentran en las casas tropicales de Allan Gardens; camelias, jazmines y especies australianas yacen en The Cool Temperate House; en Palm House hallarás palmeras y enredaderas; The Tropical Landscape House cuenta con ejemplares exóticos como cícadas, hibisco y una hipnótica enredadera de jade, mientras que The Arid House es hogar de cactáceas y suculentas.
Explorar Toronto es diversión garantizada, pero acercarte a sus zonas naturales te da la oportunidad de conectarte con la ciudad en su estado más puro. Haz tus maletas y descubre los encantos que la capital de la provincia de Ontario tiene para ti este verano en este enlace.
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