Además de playas, selvas y templos, en Bali se encuentra el secreto de la felicidad. Esto es lo que los balineses nos enseñan sobre la vida.
Bali, la única isla hinduista de Indonesia, no solo reza a otros dioses, también su gastronomía, arquitectura y vestimenta, son distintos. Por eso muchos confunden a Bali con un país cuando es una de las 17 mil islas de Indonesia.
Llegamos a la isla en barco y nuestros días transcurrieron entre la playa y la selva.
Las playas sobre la costa oeste van desde Jimbaran a Canggu, pasando por Kuta y Seminyak. Canggu es una aldea hippie del siglo XXI hecha a la medida para los nómadas digitales que trabajan remotamente, a veces desde la playa.
Pero el corazón de Bali late en su interior selvático, alrededor de Ubud. Algunas cadenas, como Four Seasons o Aman, tienen hoteles tanto en la playa como en Ubud, y ofrecen paquetes combinados.
Llegamos al Four Seasons de Ubud después de hacer dos horas de rafting por el río Agung. Fue muy divertido hacer el check in en un muelle, donde además del trago de bienvenida, nos ofrecieron una toalla.
Esa noche, el chef Gusti nos cocinó en el restaurante Sokasi platos típicos balineses. Sokasi es la cesta de bambú, con tapa, donde mantienen el arroz caliente, es la lonchera básica del balinés. Probamos el ayam timbungan, pollo cocinado dentro de una caña de bambú, y Bebek betutun, pato entero cocinado doce horas en hojas de banano en una olla de barro, entre otras delicias.
El agua es sagrada en Bali
El agua de manantial es considerada sagrada en Bali y existen varios templos donde se realizan baños de purificación.
De la boca de los doce dioses brota el agua sagrada. El ritual consiste en ir de chorro en chorro rezando.
En el centro de Ubud está el templo de Saraswati donde una larga fila de turistas espera su turno.
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Visita a templo secreto
El hotel Four Seasons lleva a sus huéspedes a un templo secreto a donde solo van locales. La condición es no revelar su nombre ni la localización exacta para demorar la llegada del turismo masivo.
Llegamos en un buggy vintage, pero antes paramos en una casa para comprender su compleja arquitectura. Aquí las casas son una serie de construcciones pequeñas dentro de un predio amurallado donde conviven varias generaciones.
En un pabellón abierto reciben invitados, luego hay varios dormitorios y una cocina ubicada cerca de la puerta. La muralla, al igual que el fuego de la cocina, cumple la función de alejar los malos espíritus.
Al frente debe haber una gran puerta, ya sea abierta con dos columnas (candi bentar) o unidas en la parte superior (paduraksa o kori). Y lo más importante, cuenta con varios pequeños templos al frente (shrines). Cuando más adinerada es la familia, más templos tendrá.
Downtown Ubud, el paseo ineludible
Sobre la avenida principal están el templo Saraswati y el museo de arte Puri Lukisan con su gran puerta abierta de dos columnas de quince metros de alto.
En una esquina, la familia real vive en el Palacio de Ubud, que data de 1800. Algunas calles angostas y peatonales como Jalang Kajeng son mercados peatonales con tiendas que ofrecen masajes, artesanías, prendas estampadas con batik, y sahumerios.
La avenida también es el lugar para contratar excursiones. Allí conocimos a Kadek que nos llevaría a las terrazas de arroz de Jatiluwih.
Jatiluwih son las terrazas sembradas de arroz surcadas por cursos de agua y puentes que parecen una postal oriental. Hay senderos de distinto grado de dificultad como para pasar unas horas o todo el día.
En el camino nos contó que todas las mañanas los balineses confeccionan un Canang sari, una pequeña canasta con flores y arroz, para luego colocar sahumerios, decir sus oraciones, y, finalmente, colocar un trocito de flor detrás de la oreja.
Cómo visten en Bali
El uso del pareo (sarong) y el pañuelo en la cabeza (udeng) los hombres lo reservan para las ceremonias, aunque, como tienen ceremonias todos los días, se los ve casi siempre vestidos en sus trajes tradicionales.
Las mujeres lucen su kebaya, una blusa de encaje bordada, y un sarong con una faja ancha marcando la cintura. Nuestro guía nos explicó que la tela a cuadros blancos y negros, con la que envuelven árboles y figuras, se llama kain poleng. La colocan donde creen que habitan espíritus
Reserva natural del macaco balinés
Otra visita imperdible es el Monkey Forest, un complejo de templos y la reserva natural del macaco balinés de cola larga.
Las recomendaciones son obvias: quien lleve comida será abordado por los confianzudos monos.
Las danzas son muy importantes para los balineses. El hotel Amandari lleva ya 35 años ofreciendo clases gratuitas para las niñas de la comunidad.
El director suizo del hotel respondió nuestra pregunta sobre la felicidad del pueblo de Bali: ellos creen que todo lo que hagas, les volverá. ¿Quién no querría que le vuelvan sonrisas y buenos deseos?
Datos útiles
Visa: Se requiere visa para ingresar. La más práctica es la VOA (Visa On Arrival). El precio es de 35 dólares.
Cuándo ir: La temporada de lluvias se da entre octubre y marzo, aunque son chubascos tropicales. Julio y agosto es temporada altísima, con tarifas más altas
Cómo ir: Turkish Airlines cuenta con 11 vuelos semanales desde Ciudad de México, 7 desde Buenos Aires y 7 desde Bogotá a Denpasar con escala en Estambul.
Si la conexión supera las 20 horas, el programa Stopover, ofrece transfers in-out al aeropuerto sin cargo, un tour, y una noche de alojamiento gratuito en un hotel 4 estrellas en Estambul.
Dónde dormir: Four Seasons cuenta con un hotel en Jimbaran sobre la costa, y otro en Ubud. Ofrece paquetes combinados. Otra opción es Amandari, cadena local con 35 años en Ubud.
Este texto fue escrito por Silvina Pini y las fotos son de Mario Cherrutti. Puedes conocer más de su trabajo en @cherruttipinitravelers