Sí, son las fuentes, y la música, y la historia del lugar.
Las 50 fuentes y estanques que reflejan episodios de la mitología greco-romana parecen bailar al ritmo de la música. Desde el 28 de marzo y hasta el 1 de noviembre, el Centro de música barroca de Versalles es el encargado de escoger los fragmentos musicales que acompañan el espectáculo.
Es una buena oportunidad para viajar en el tiempo en este lugar que los amantes de la jardinería llamarían paraíso: Se recrea la época dorada del rey Luis XIV, el famoso Rey Sol, y las antiguas fiestas que se organizaban en su honor.
Puedes esperar los recorridos al atardecer o deambular a tu antojo por entre los 200 mil árboles dispuestos en un área de 800 hectáreas. (Lee: El hogar de los árboles gigantes)
El Palacio de Versalles y sus parques fueron inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad de la Unesco en 1979.
A inicios del siglo XVII servía como el pabellón que Luis XIII ocupaba cuando iba de caza. Su hijo, Luis XIV, lo transformó, instaló ahí la corte y el gobierno de Francia en 1682, y fue la residencia favorita de la monarquía entre los reinados de Luis XIV y Luis XVI.
El jardín era tan importante como el Palacio, el jardinero André Le Nôtre, amplió la Avenida Real e hizo excavar el Gran Canal. Trabajó de la mano del pintor Charles Le Brun y el arquitecto Jules Hardouin-Mansart.
Trabajaron por 40 años en una zona donde sólo existían bosques y pantanos. Transportaron tierra y árboles de todas la provincias francesas, regimientos enteros participaron en el proyecto. Las siguientes generaciones de arquitectos, escultores, decoradores y paisajistas continuaron embelleciendo el lugar. Por un siglo entero fue el modelo de palacio real por excelencia en toda Europa.
Aprovechando tu visita debes conocer la Galería de los Espejos, los Grandes Aposentos del Rey y el Museo de la Historia de Francia.
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