Un espacio de 100 hectáreas en el país reúne cactus, viñedos y campos de golf.
Canadá no sólo tiene desiertos helados, sino que también tiene un auténtico desierto de arena. Se encuentra en el extremo sur de la provincia de British Colombia, en la frontera con Estados Unidos. A diferencia de los gigantescos campos de hielo en el norte del país, el desierto de Osoyoos, en el sur, es muy pequeño: abarca sólo unas 100 hectáreas.
En el lugar más caluroso de Canadá, la temperatura llega en verano a un promedio de 30 grados centígrados y no pocas veces la temperatura máxima supera los 40 grados. Como consecuencia, el paisaje es muy árido. En el suelo agostado sólo crecen cáctus y algunos pequeños arbustos. Las montañas se alzan al cielo como enormes rocas brillantes de color rojizo. El aire cintila a causa del calor y dispara la temperatura del lago Osoyoos hasta los 24 grados, convirtiéndolo en el lago más caliente de Canadá.
El desierto de Osoyoos se parece al escenario de una película del oeste. El paisaje sólo cambia donde el desierto se transforma en lago. Allí, los viticultores del valle de Okanagan cultivan entre el desierto y el lago, en viñedos regados, las vides para sus mejores vinos tintos. En la delgada franja verde entre los viñedos se apretujan también algunas plantaciones frutícolas.
Para los canadienses, que no pueden disfrutar de veranos largos y calurosos, el Osoyoos es entre principios de verano y otoño un popular destino para darse un baño de sol. Turistas activos van en bicicleta y caminan en los alrededores de la pequeña ciudad de Osoyoos, de poco menos de 5,000 habitantes.
Los golfistas pueden elegir entre una decena de campos de golf. Quien manda la bola fuera de límites en las calles verdes del campo de nueve hoyos del Spirit Ridge Vineyard Resort & Spa, debería pensarlo muy bien antes de buscar la bola entre los arbustos y cáctus: por todos lados hay letreros advirtiendo de la presencia de víboras de cascabel.
Para observar sin peligro estos animales, hay que ir al Nk’Mip Desert Cultural Center en Osoyoos. El centro cultural del Osoyoos Indian Band no sólo da información sobre la cultura de la tribu, sino también sobre la naturaleza única del desierto de Osoyoos y las siete especies de serpientes que viven allí.
El Indian Band es un grupo de las comunidades indígenas, que en Canadá se llaman First Nations. Bob es miembro de la tribu Osoyoos, que recibe en el centro cultural a turistas, les lleva a caminatas y excursiones en bicicleta por el desierto y, por supuesto, también les enseña las serpientes.
«Si alguien de nuestra tribu es mordido por una serpiente, lo llevamos al hospital», dice Bob. Aunque los indios Osoyoos cultivan con esmero sus tradiciones, ya no confían totalmente en su medicina natural de varios siglos de antigüedad.
A los Osoyoos pertenece también la NK’Mip Cellars Winery, la única explotación vinícola de Canadá que está en manos de indígenas. Ya en las etiquetas de las botellas de vino, los viticultores indígenas dejan en claro que sus vinos son algo especial. Las etiquetas están adornadas con motivos de la cultura indígena. Lo que no es fácil es acostumbrarse a algunos de los nombres. Por ejemplo, el Chardonnay de la explotación se llama «Qwam Qwmt» y el vino «Mer’r’ium».
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