Mauritania, en África, fue el último país en el mundo en abolir la esclavitud en 1981. Desafortunadamente, según denunciaron distintas organizaciones, a pesar de la abolición, en muchas partes seguía habiendo esclavos. Es por esta razón que el gobierno mauritano promulgó una ley que penalizaba por primera vez las prácticas esclavistas hasta el año de 2007.
Biram Dah Abeid, al que muchos apodan «el Madiba de Mauritania«, como Nelson Mandela en Sudáfrica, lo encarcelaron por haber participado, en noviembre de 2014, en una manifestación no autorizada en contra de la esclavitud y por haber desafiado al presidente Mohamed Ould Abdel Aziz en las elecciones presidenciales del 21 de junio de 2014.
Biram Dah Abeid es un político mauritano y defensor de la abolición de la esclavitud.
Foto: unwatch.org
A pesar de que la esclavitud fue abolida por ley en 1981 y de que el Parlamento endureció las penas primero en 2007 y luego en 2014, equiparando la práctica a un crimen contra la humanidad con 20 años de prisión, la ONG australiana Walk Free estima que unas 43,000 personas se encontraban bajo el yugo de la esclavitud en Mauritania en el 2016, lo que supone aproximadamente el uno por ciento de la población.
Si bien Mauritania ya no es el país con el mayor porcentaje de esclavos en el planeta, ese deshonroso lugar lo ocupa hoy Corea del Norte, sigue siendo uno de los territorios en que lamentablemente hay mucha esclavitud.
Los esclavos mauritanos del siglo XXI son pastores y campesinos, en las regiones rurales, y sirvientes domésticos, en las zonas urbanas, según el fundador de la ONG SOS Esclavos, Boubacar Ould Messaoud, él mismo nacido en familia de siervos.
“Se es esclavo desde el nacimiento. Es una cuestión profundamente arraigada. Así los educan, se les hace creer que su paraíso está bajo el talón de su amo”, apunta Massoud. Esperamos que un futuro inmediato las cifras sigan bajando hasta que ya no haya esclavos en el mundo.