En la cima de una colina maltesa, se irgue desde hace más de 2 mil años uno de los mejores ejemplos de ciudad medieval: Mdina, la Ciudad del Silencio.
Mdina lleva 2 mil 300 años en silencio. Desde su construcción en el 700 a.C., fue concebida como la Ciudad del Silencio en Malta, ya que entre sus paredes de piedra caliza no se escucha nada. A pesar de que al interior de las murallas todavía habitan unas 306 personas, en las calles nadie habla, nada se mueve, nadie anda.
Una ciudad fenicia
En las cercanías de Rabat, la ciudad vecina más numerosa de esta provincia maltesa, Mdina reboza en castillos medievales construidos con el mismo material: piedra caliza. Conforme el Sol describe su trayectoria celeste, pareciera que las paredes de la ciudad cambian de color con la luz en movimiento.
Originalmente, la ciudad fue fortificada por uno de los pueblos que dominaron los mares durante la Grecia Clásica: los fenicios. Descritos como los mejores comerciantes de la Antigüedad, fueron los que introdujeron el pigmento morado en el mercado occidental. Conocido como Mirado de Tiro, vistió a los monarcas más poderosos del Siglo de Oro en Grecia.
Mdina fue testigo de esta expansión comercial. Por lo cual, fue una de las ciudades fenicias más ricas. De ahí que al interior de sus murallas se construyeran castillos imponentes e impenetrables. Incluso desde entonces, los visitantes se maravillaron por el silencio inquebrantable que reina hasta el último recoveco de la cuidad.
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Una ciudad de piedra caliza
Además de estar franqueada por una muralla que rodea toda la ciudad, hoy en día es un éxito turístico por estar a menos de media hora de algunos de los puertos más visitados de Malta. Es común que los habitantes vistan sus balcones medievales con flores durante las temporadas altas de verano. En las noches, las calles se encienden con la luz de faros que han visto el paso de los siglos.
Además de tener calles construidas durante el esplendor de los fenicios, al interior de la ciudad se irgue un ejemplo magnífico de templo románico, que respeta el estilo color crema del resto de las edificaciones. Por lo demás, está pensada para caminarse, por lo que no se admite el paso de coches o bicicletas al interior de la ciudad vieja.
Gracias a que ha conservado su encanto medieval, la ciudad fue escenario para diversas batallas de Game of Thrones. Situada en la cima de una colina maltesa, es fácilmente accesible por autobús. Sin embargo, hay personas que deciden llegar en taxi, ya que muchas veces resulta aún más barato y cómodo que otros tipos de transporte.
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