¿Buscas tu próxima aventura? La encontrarás en nuestra lista anual de los mejores destinos en la naturaleza alrededor del mundo para 2023.
La compilación anual de los mejores destinos en la naturaleza fue realizada por los editores internacionales de National Geographic Traveler. El texto es de la autoría de Andrew Nelson, con información adicional de Karen Carmicheal.
La inspiración para viajar está por doquier. La pregunta es adónde ir ahora. Esta es nuestra lista anual de destinos destacados para el próximo año: lugares llenos de maravillas, gratificantes para los viajeros de todas las edades y que apoyan a las comunidades locales y ecosistemas. Seleccionados por nuestros editores internacionales y enmarcados en cinco categorías (Familia, Aventura, Cultura, Naturaleza y Comunidad), estos destinos están bajo el radar, a la vanguardia y listos para que comiences a explorar.
NATURALEZA: ¿cuáles son los mejores destinos ecológicos en 2023?
Tierras Altas de Escocia
Un movimiento de resilvestración para recuperar el paisaje original de las Tierras Altas busca replantar y restaurar especies nativas como parte de una iniciativa nacional de sostenibilidad.
Las Tierras Altas son célebres por su belleza austera, sin embargo, los paisajes erosionados por las ovejas son producto de la interferencia humana. En la antigüedad, los valles y las colinas de Escocia estaban cubiertos por el magnífico Bosque Caledonio. Pinos, serbales y robles eran hogar de toda clase de vida silvestre ahora extinta, como lobos, osos y uros (bueyes salvajes), pero siglos de tala y sobrepastoreo devastaron el ecosistema. Hoy día, un proyecto quiere recuperar los bosques originales de las Tierras Altas al introducir flora y fauna en un proceso denominado “resilvestración” que ya cobra fuerza, con avances monumentales para 2023.
La organización sin fines de lucro Trees for Life abrirá un centro en Dundreggan para informar al público sobre el concepto de resilvestración. Al norte de Inverness, la reserva de vida silvestre de Alladale, con 93 kilómetros cuadrados, ha plantado casi un millón de árboles, gestiona un programa de reproducción para reintroducir el gato montés de Escocia y tiene un plan a largo plazo para hacer lo mismo con los lobos. Su jugada más ambiciosa es el proyecto Affric Highlands, que comenzará a restaurar 202 342 hectáreas que abarcan desde el lago Ness hacia la costa oeste, en una iniciativa de 30 años que podría convertir a Escocia en la primera nación resilvestrada del planeta.
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Eslovenia
Líder del turismo sustentable desde hace tiempo, Eslovenia construye ciclovías verdes para hacer gastroturismo y visitar granjas, viñedos, queserías y otros productores de alimentos.
Reconocida como líder del turismo sustentable, Eslovenia ha diseñado varios recorridos ecológicos bajo su programa nacional Green Scheme desde hace siete años. Ahora agrega uno nuevo a su menú: Slovenia Green Gourmet Route. Esta ruta gastronómica de 11 días por 10 destinos está pensada para ciclistas.
“Los ciclistas pueden llegar a muchas zonas [rurales] remotas para descubrir que cada una produce quesos únicos”, cuenta Jan Klovara, uno de los desarrolladores del sendero.
La ruta se extiende por el país, desde la capital Ljubljana, a través del valle de Soča –con sus vistas alpinas–, hasta la meseta del Carso –repleta de cuevas– y a lo largo de los ríos Drava y Sava.
Los ciclistas pueden trasladarse de un punto a otro con el sistema de trenes de Eslovenia y, con el poder de sus piernas, pedalear por carreteras rurales seguras para ellos antes de cenar en restaurantes con estrella Michelin en ciudades como Maribor, conocida por su cocina local y serbia. También es posible que prueben pršut (prosciutto) en Štanjel o caten vino en una de las bodegas de Brda, la región vinícola de la zona conocida como la Toscana eslovena. Asimismo, pueden seguir la ruta o adaptarla según sus intereses y antojos. Jana Apih, colega de la Gourmet Route, asegura: “Es un recorrido diseñado para la sustentabilidad”.
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Parque Nacional del Big Bend, Texas
La legendaria frontera escarpada de Texas cobra vida en un paisaje lleno de sorpresas.
Aunque se encuentra en el legendario estado de la estrella solitaria, solo 400 mil personas visitaban el Parque Nacional Big Bend antes de la pandemia, casi 10 veces menos que en Yellowstone, reporta Robert Draper, colaborador de National Geographic.
Esta zona remota y árida del oeste de Texas alberga más especies de cactus que cualquier otro parque nacional, además de aves como correcaminos y turpiales de Scott amarillo brillante, y mamíferos como jabalíes americanos. No obstante, los encuentros con la vida silvestre parecen distintos en el desierto.
“Te recuerdan que la vida es muy valiosa y que, al mismo tiempo, se encuentra donde menos lo esperas. En el desierto de Chihuahua, que comprende la extensión de 3 mil 243 kilómetros cuadrados del Big Bend, la vida es obstinada e incomprendida, pero también inolvidable”, escribe Draper.
El Big Bend es más que naturaleza. El río Bravo constituye la frontera de 190 kilómetros entre este y México, y diversas culturas atraviesan la división ribereña. Pueblos pequeños a las afueras del parque forman un archipiélago de sabores y perspectivas, desde la comunidad de Ojinaga, en la frontera mexicana, hasta los vaqueros polvorientos de Alpine y los innovadores pintores que viven en Marfa. Estos habitantes diversos comparten algo: los paisajes vastos que llaman hogar.
Las Azores
Los premiados programas sustentables conservan las maravillas naturales de este archipiélago volcánico conocido por sus aguas termales y avistamiento de ballenas.
Las Azores, una tierra que nació del fuego y que ahora está cubierta de verdor, se esmera para asegurar su futuro. Esta cadena de islas volcánicas en medio del Atlántico es una región autónoma de Portugal, ubicada a unos 1 600 kilómetros de la costa.
“Las Azores son nueve islas con distintos hábitos y acentos que cambian de una a otra», cuenta la exploradora de National Geographic Miriam Cuesta García, bióloga marina que estudia el comportamiento nocturno de los polluelos de las aves marinas en la isla del Pico. «Pero las Azores tienen una visión unificada para la sustentabilidad. Saben que necesitan [proteger] su ambiente único para permanecer intactas a pesar de los cambios”.
Con cuatro de sus islas nombradas reservas de la biósfera de la Unesco –y reconocidas por el World Wildlife Fund como oasis para 28 especies de ballenas y delfines–, las Azores se toman el turismo sustentable en serio.
En 2019 se convirtió en el primer archipiélago en recibir la certificación de EarthCheck, una junta asesora y líder del turismo ecológico con sede en Australia. Ahora, el territorio portugués se centra en la conservación y la protección de biodiversidad, la calidad del aire y el agua, y la conservación del patrimonio indígena. Por ejemplo, las autoridades limitan el número de senderistas por día en la montaña del Pico, el punto más elevado en Portugal, para asegurar que los visitantes disfruten el dramático paisaje volcánico en años venideros.
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Botsuana
Un movimiento local restaura especies en peligro al crear corredores para la vida silvestre y desarrollar proyectos de turismo comunitario.
Al sur de África, la vida silvestre en Botsuana aún enfrenta una serie de amenazas en los vastos parques nacionales reservas de caza y llenas de vida, desde el furtivismo hasta el turismo masivo. Sin embargo, nuevos esfuerzos para combatir la caza furtiva, el voluntariado y la participación comunitaria ayudan a aliviar la presión.
En Tuli Block, la franja de naturaleza en la frontera este del país que alberga leopardos, hienas pardas y moteadas, y una población numerosa de elefantes, los guardabosques instalan tecnología de punta en la reserva de Central Tuli, con 700 kilómetros cuadrados de extensión. La organización danesa Smart Parks desarrolló sensores que consumen poca energía para radiotransmitir datos a la estación central y alertar a los guardas forestales de la presencia de cazadores furtivos y sus vehículos, o incluso los movimientos de los animales.
Botsuana también responde a una nueva generación de visitantes. “Desde la COVID-19, entre los viajeros millennials ha surgido un interés por la conexión humana profunda,» cuenta Koketso “Koki” Mookodi, exploradora de National Geographic. «Esperan hacer recorridos para conocer las artesanías locales y hospedarse en las aldeas”.
Mookodi, directora ejecutiva del Botswana Wild Bird Trust, tiene un programa educativo en 10 aldeas remotas en la sección este del delta del Okavango. Su programa Educator Expeditions lleva a maestros de las comunidades a safaris por el delta y les enseña a integrar el entorno y la cultura local en sus clases. “Es la oportunidad de utilizar la naturaleza como pizarrón”, asegura. Espera ampliar el programa para incluir a educadores internacionales que quieran trabajar como voluntarios.
Los viajeros pueden inscribirse a cursos breves en el campamento Kwapa de la African Guide Academy, la sede en la sabana y escuela de entrenamiento para guías. Las opciones van desde clases de una semana para aprender a identificar las huellas de los animales y habilidades de supervivencia en la naturaleza hasta un curso de guía de 28 días que brinda a los estudiantes conocimiento profundo de la naturaleza africana.
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