Este es Mont Saint-Michel, la maravilla del occidente que cumple mil años

Mont Saint-Michel fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1979. La abadía edificada en el islote, de apenas 4 kilómetros cuadrados, cumple mil años.

El Mont Saint-Michel, majestuosamente edificado en la costa noroeste de Francia, ha sido testigo de una rica historia que abarca unos mil años. A lo largo de su existencia, este icónico islote ha sido monasterio, prisión y fortaleza. Su historia es tan rica como su arquitectura gótica.

Este monumento ofrece una asombrosa diversidad de formas y estilos arquitectónicos, abarcando desde sus primeras etapas de construcción hasta su última restauración, que concluyó en el siglo XXI. La Maravilla de Occidente, como es conocida, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.

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Monasterio, prisión y fortaleza

Mont Saint-Michel es uno de los sitios más visitados en Francia y este 2023 la abadía cumple 1.000 años desde que se colocó la primera piedra en Normandía. Hasta este lugar anualmente llegan 2 millones de turistas cada año.

En sus orígenes, en el siglo VIII, el Mont Saint-Michel fue un humilde monasterio benedictino. La abadía, construida en la cima de la montaña, se convirtió en un centro de peregrinación y conocimiento religioso durante la Edad Media, atrayendo a miles de fieles y eruditos. Sin embargo, en tiempos de guerra, este lugar se transformó en una fortaleza natural. Durante la Guerra de los Cien Años, resistió valientemente los asedios ingleses.

En el siglo XIX, este icónico lugar asumió un nuevo y sombrío papel: se convirtió en una prisión. Durante la Revolución Francesa, el Mont Saint-Michel albergó presos políticos, quienes vivieron en condiciones extremadamente duras.

Su historia como monasterio, prisión y fortaleza se entrelaza con su belleza arquitectónica. En los tres niveles del Mont Saint-Michel, destacan el hermoso claustro anglonormando del siglo XIII, la imponente iglesia abacial, las cuatro criptas, y un majestuoso recinto de bóvedas y capiteles que los monjes utilizaban como scriptorium para la creación de exquisitos libros cristianos.

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Una isla en medio de la marea alta

Este monumento ofrece una asombrosa diversidad de formas y estilos arquitectónicos. La abadía de Mont Saint-Michel se convierte en una isla durante las mareas más altas del año, cuando el camino queda sumergido y elimina cualquier forma de acceso terrestre. Sin embargo, en verano se puede llegar caminando, en bicicleta o autobús.

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