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Si quieres planear un viaje, existe una alta posibilidad de que experimentes una mezcla de certeza y expectativa que produzca una aceleración del corazón… Parecido a tener un crush. Encima de todo, la ciencia lo puede explicar.
En los últimos años, hemos escuchado de estudios que confirman la respuesta hormonal a un viaje. Un ejemplo de lo anterior, es una encuesta llevada a cabo en Estados Unidos en el 2013; en esta alrededor de 500 personas vincularon viajar con un incremento de empatía, concentración, y creatividad. Sin embargo, en años más recientes ha surgido otra respuesta ante una interrogante sin explorar: el aumento de serotonina que comienza mucho antes de empacar tus maletas.
En el 2014, la Universidad de Cornell confirmó que la anticipación de un viaje producía más felicidad que comprar algo en línea, o anticipar la compra de un artículo.
Por otro lado, una investigación previa, publicada por la Universidad de Surrey, dio a conocer que el momento más feliz de una persona es cuando está preparando un viaje.
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Realmente, la razón de esta felicidad gira en torno a conectar con otras personas, y las historias que resultan de ello. Así lo explica Amit Kumar, coautor del estudio de Cornell, quien agrega que las personas hablan más de sus experiencias que del souvenir embalado en la maleta.
Por otro lado, planear un viaje genera un enfoque optimista en la vida de la persona que se dispone a dejar su hogar.
Matthew Killingsworth, el otro coautor del estudio de Cornell, ha centrado sus estudios en la naturaleza y las causas de la felicidad humana. Por lo mismo, explica que como seres humanos, tendemos a enfocar nuestros pensamientos en el futuro; esta mentalidad es una fuente de alegría si anticipamos que se acercan tiempos mejores.
La verdad es que el agotamiento laboral es terriblemente común, por lo que un viaje también representa un escape, una oportunidad para recargar energía y adoptar otra perspectiva de la vida. No tienen que ser viajes muy largos para cambiar tu vida, o al menos, mejorarla un poco.
Killinsworth recomienda realizar itinerarios flexibles, que resuelvan los elementos claves, pero que no generen estrés innecesario. Sin embargo, para otras personas planear es una actividad que reduce la ansiedad y proporciona una sensación de control; tal es el caso de la doctora Alice Boyes, psicóloga clínica, quien así lo recomienda.
La euforia que denota planear un viaje tiene mucho que ver con el hecho de que es temporal. Saber que hay un inicio y un final nos lleva a saborear la expectativa. Este anhelo puede llegar al punto que podríamos incluso aplazar la experiencia para alargar el periodo de anticipación, ¿te recuerda a algo?
Sabemos y desconocemos lo suficiente; esa es la fórmula de la felicidad. Al planear un viaje podemos estar seguros del itinerario, del hotel en el que nos vamos a quedar, en dónde podríamos comer, etc. Por otro lado, nos espera una experiencia nueva, y la falta de certeza nos lleva a imaginar escenarios, o engancharnos de manera irremediable, ¿qué podría pasar?
De acuerdo con Matthew Killingsworth en cierto sentido, partimos de viaje tan pronto como empezamos a pensar en este. Soñar despiertos con aquel helado en una piazza, o la esponjosa nieve bajo nuestras botas, limita el escenario a nuestra mente; así, lo podemos disfrutar bajo nuestros propios términos.
Encuentra inspiración: El mundo está a tus pies. Si ya tienes algún destino en mente, surfea en la web; hay innumerables blogs, imágenes y videos que te pueden inspirar a realizar ese viaje, o a lograrlo bajo las mejores circunstancias. Hacer tableros en Pinterest te ayuda a categorizar de manera visual, y hacer de la expectativa un escenario irresistible.
Planifica, planifica, planifica: Lee, ve y escucha de las mejores experiencias viajando a los rincones más inesperados del mundo.
Escucha a los que han estado en tus zapatos: Lee y escucha lo que tienen que decir trotamundos como Seth Kugel, quien visitó 50 países en 6 años, y tiene un libro para contarlo.
Consigue un buen mapa: Son algo que nunca pasará de moda…o al menos no deberían hacerlo. Un buen itinerario se logra trazando rutas y conociendo el terreno.
¿Estás listo para planear tu siguiente viaje?
Este texto fue escrito por Aura Moreno Rosales, periodista de profesión y lectora suspirante. Le gusta trotar por el mundo, sobre todo si es a través de las palabras. Colabora como redactora en National Geographic en Español.
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