Santiago de los Caballos de Guatemala, conocida como Antigua, tiene tesoros y ruinas que cuentan cómo se forjó su historia.
No te dejes engañar: aunque Antigua, Guatemala, parece pequeña, cada rincón posee joyas coloniales que hacen imposible conocerla en menos de dos días. Además, está a una hora de Ciudad de Guatemala, justo a la mitad de una ruta que permite conocer los sitios arqueológicos de Panajachel e Iximchél, junto al lago de Atiltlán, así como Tecpan y Ciudad Vieja, la primera y segunda capitales del país.
Aquí te contamos sobre los spots más icónicos de la capital guatemalteca.
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¿Qué hacer en Antigua, Guatemala?
Hotel casa Santo Domingo y Convento de las Capuchinas
Disfruta un fin de semana para conocer la herencia cultural del país y alójate en el Hotel Casa Santo Domingo, un exconvento destruido por el temblor de Santa Marta en 1773 y restaurado en 1991 para convertirse en un hospedaje fascinante. Antes de salir, visita sus cinco museos –Colonial, Arqueológico, de Arte Precolombino y Vidrio Moderno, de la Plata y el de la Farmacia– conformados por la colección privada del dueño.
Luego, toma rumbo al Convento de las Capuchinas y sus pasadizos subterráneos en la 2a Avenida Norte. Sus bienes, como los de muchos otros edificios religiosos, fueron trasladados a Ciudad de Guatemala a raíz del temblor, por lo que quedó en el abandono. El terremoto de 1917 afectó diversos templos, pero este último quedó intacto en su estructura, por lo que llegó a ser el hogar de familias pobres durante años.
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El Carmen
Las ruinas que se asoman en cada esquina son parte de su atractivo, resultado de desastres naturales y conquistadores que destruyeron edificios para desalojar la población; pero los guatemaltecos se negaron a irse y se adaptaron a las nuevas condiciones al ocupar recintos derruidos como El Carmen, que ahora funciona como un mercado de artesanías en el atrio de la iglesia.
Camina dos cuadras y tómate la selfie obligatoria en el Arco de Santa Catalina, con el volcán de Agua de fondo, antes de descansar en las bancas frente a la fuente del Parque Central y dirigirte a conocer el icono turístico del lugar: el Templo San José Catedral. Está en una de las capillas de la Catedral Santiago que logró sobrevivir al terremoto de Santa Marta, por lo que la forma de su nave es diferente a la de otras iglesias de la época; detrás de sus muros se encuentran las ruinas del edificio.
Antes de 1773, la catedral había sido reconstruida tres veces con los restos que pertenecían a la iglesia de Ciudad Vieja, según la creencia popular. Ahora, pedazos de cúpulas, bajorrelieves y muros intactos, así como reconstruidos, se encuentran a la intemperie y esconden tesoros como la entrada a las catacumbas y una placa que conmemora los restos mortales del sanguinario conquistador español Pedro de Alvarado, los cuales descansaron aquí antes de que se perdieran tras el cataclismo.
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Museo de Arte Colonial
Busca la salida de la catedral hacia la 5a calle Oriente y llegarás al Museo de Arte Colonial, inaugurado en 1936 en el edificio que fue la primera sede de la Universidad de San Carlos –la primera en Centroamérica– hasta 1777, cuando fue trasladada a Ciudad de Guatemala. Aunque en el siglo XIX se alteró su fachada original, el patio central con su fuente y aulas emulan los detalles de hace 400 años al exhibir una colección de pinturas, esculturas y mobiliario colonial de artistas nacionales y extranjeros.
Tras caminar todas estas cuadras, refréscate con una cerveza en las mesas de las ventanas de The Londoner Pub y come unas papas fritas o una hamburguesa mientras disfrutas música británica en un bar adecuado a una casa colonial.
Cuando hayas recuperado tus fuerzas, atraviesa el Parque Central y dirígete a la 6a calle Oriente, hacia el Tanque la Unión, donde los lugareños se juntan, lavan y se ponen al día en la pila de agua. Además, un jardín frondoso acoge el lugar, por lo que es ideal para disfrutar la tarde. Otro edificio que no te puedes perder es la Iglesia Escuela de Cristo, aún abierta al público. Está hecha de piedra con estilo renacentista y es de las pocas que se mantenían bien conservadas hacia inicios del siglo XX.
El Tenedor del Cerro
Utiliza tu última tarde para ir a Santo Domingo del Cerro, un mirador y parque con esculturas, y realiza una reservación para cenar en la parrilla de El Tenedor del Cerro. Toma en cuenta que los sábados y domingos, de 11:00 a 17:00 horas, abre en el mismo lugar los Churros del Cerro, una experiencia gourmet para almorzar. Aunque Antigua engaña el ojo a primera vista, su manera de adaptarse a las adversidades añade encanto a los tesoros –que no son pocos– y esperan por ser descubiertos en cada rincón.
Este artículo es de Marissa Espinosa, colaborador de la edición impresa de National Geographic Traveler.
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