Las religiosas lo llamaron un milagro.
Las misioneras del convento de clausura de las Agustinas Recoletas en la diócesis de Machakos-Makueni, en Kenia, después de 11 años de intentos fallidos en busca de agua, en esta zona desértica de África, finalmente han encontrado agua potable con la que podrán abastecer a la población cercana.
Según explica la religiosa española, María José Vila, de 67 años, a AVAN, la agencia de noticias de la Archidiócesis de Valencia, España, el convento de clausura en el que viven ?fue construido en una zona muy seca donde nos dijeron que encontraríamos agua pero tras ocho excavaciones en busca de pozos dejamos de intentarlo?.
Las religiosas, para solucionar esta crítica situación, construyeron un aljibe en un río a más de 2 kilómetros para traer agua. Esto les llevó varios años y tuvieron que hacer una canalización con tuberías subterráneas hasta el convento.
El problema era que se rompían las tuberías y el agua llegaba muy sucia.
Es por esta razón que hace algunos meses volvieron a perforar en búsqueda de agua. Según recuerda en el momento en el que salió el agua ?estábamos todas las hermanas sentadas alrededor de la excavación, nerviosas porque era nuestra última oportunidad, y cuando vimos el agua abundante lloramos de alegría?.
Las religiosas lo llamaron un milagro.
Tras encontrar agua, las religiosas tuvieron que completar la instalación ?con una bomba, tuberías y tanques?, algo en lo que han invertido todos sus fondos. El agua del pozo les ha cambiado la vida, ya que han conseguido la primera cosecha de verduras en la huerta y los alrededores del convento están completamente verdes.
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