Oaxaca, Guerrero, Zacatecas, San Luis Potosí, Durango, Tamaulipas, Guanajuato. En búsca del mezcal original.
Todo empezó una tarde alrededor de una sesión de tejido en la Mezcalería de la colonia Condesa. El debate sobre las bondades, la fabricación y la denominación de origen del mezcal desató un interés por ir en su búsqueda. Tan mexicano como el tequila, tan legendario como el ajenjo, poco a poco el mezcal se ha apoderado del imaginario de los mexicanos. Si el tequila se encuentra fácilmente localizable en la geografía de Jalisco; ¿de dónde viene el mezcal? De Oaxaca, es el primer destino que pensamos sin dudar. Pero en la intensa indagación con nuestra colaboradora y aficionada al buen comer, beber y viajar, Sophie Avernin, descubrimos que la geografía del mezcal es mucho más compleja y amplia: incluye los estados de Guerrero, Zacatecas, San Luis Potosí, Durango, Tamaulipas y un municipio de Guanajuato. De la mano de dos expertos y en compañía de un fotégrafo entusiasmado, Sophie se lanzó a mapear el mezcal a lo largo y ancho del territorio mexicano. El resultado es un revolucionario artículo que cuestiona y narra hasta las entrañas de esta bebida mágica para descubrir sus placeres en los lugares donde se produce y disfruta.
Por otra parte y como cada año, las ciudades a pie es una edición que celebra también la naturaleza misma de nuestra misión editorial. Conocer el mundo desde adentro, caminando sus calles y hablando con sus gentes. Así este año nos dimos a la tarea de recorrer seis ciudades o barrios a fondo: San Ángel en la Ciudad de México; el Marais en París; el distrito de Gràcia en Barcelona; el Mission District de San Francisco, la Praga de Kafka, y la intimidad de la Medina de Fez en Marruecos. Además, para seguir con la serie de ciudades, uno de nuestros colaboradores se dio a la tarea de buscar la urbe con más fantasmas del planeta y dio con ella: York, en Inglaterra. Finalmente, te ofrecemos ideas muy movidas para fines de semana movidos, ahora que el otoño aterriza, ya sea en la rítmica Habana o en la encantadora Verona. Disfrútalas.