Tranquilidad, belleza e historia son algunos de los privilegios de este pequeño pueblo que más allá de las modas, nunca pierde su encanto.
A decir de sus habituales, Malinalco se pone de moda, pasa de moda y se vuelve a poner de moda según los diferentes destinos cercanos a la Ciudad de México van perdiendo lo que desesperadamente buscan quienes huyen del agobio urbano: silencio, soledad, belleza natural, cultura, historia y calidad a la hora de comer y beber.
Llegar ahí no es cosa tan fácil y eso precisamente es una de sus ventajas. El hecho de que te vaya a costar un poquito de esfuerzo llegar es parte del encanto, de la aventura, forma parte de lo que buscas: una escapada verdadera.
Instálate en uno de los varios hoteles que existen. Hay dos opciones: los que están en el centro y los que están a las afueras a unos cinco minutos en auto. La primera alternativa te permite olvidarte del auto. Casa Limón es una de las mejores opciones: un hermoso espacio puesto con un gusto impecable y excelente comida.
La segunda ofrece instalaciones con jardines más extensos y silenciosos como Casa Mora. Lo mejor es llegar el viernes a la hora de cenar. Casa Limón tiene un menú internacional con excelente selección de vinos. Otro lugar muy recomendable es Los placeres, una casa antigua frente a la plaza principal.
Su pequeño patio es ideal para relajar el estrés del viaje. Si tienes ganas de hacer deportes al aire libre, consulta la página www.malinalco-magico.com que además de informarte todo sobre rapel, equitación y viajes en globo aerostático, también detalla actividades como golf, yoga y meditación.
El sábado temprano es el mejor momento para emprender el ascenso a uno de los sitios prehispánicos más bellos de México, construido en el Cerro de los Ídolos a principios del siglo XVI. A una altura de 150 metros, aproximadamente, la vista sobre el pueblo y los valles cercanos es extraordinaria.
Este sitio fue uno de los principales centros de iniciación para guerreros águila y jaguar de la cultura mexica. Entre sus estructuras: pequeñas pirámides y templos excavados en la piedra de la montaña misma, es común encontrarse con personas que realizan rituales contemporáneos que evocan las costumbres de los grupos que en esas épocas se opusieron al dominio español.
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Poemas y relaciones en voz alta acompañan al visitante, el clamor de los caracoles marinos, poderoso sonido que nos transporta a otras dimensiones. Al bajar, si has quedado enganchado por las vibraciones atemporales que imantan ese lugar, date una vuelta por el Museo Universitario (calle Almajac en el camino a la zona arqueológica) en donde está recreado el espacio ceremonial principal y además se exhiben las piezas encontradas durante las excavaciones, además del acervo que la comunidad malinalca ha conservado durante siglos.
Antes de comer, no puedes perderte una gordita de haba con salsa y queso, como ambigú previo a la hora de la comida. Se venden en varias esquinas y, por supuesto, en la plaza principal. Este manjar de masa es una de las delicias culturales de la región.
Disfrútala mientras te diriges a comer. Las Palomas es una alternativa en calle Guerrero, un servicio agradable y buena comida mexicana y platos innovadores. En El Puente, calle Hidalgo, el ambiente es acogedor y la comida muy rica.
Lo bueno de Malinalco es que puedes deambular por las calles y escoger el lugar que más te atraiga en ese momento: una carta con anzuelo gastronómico o económico, una casa vieja acondicionada, una decoración moderna o tradicional. Hay de todo.
La tarde, inspirada por la caída del sol y el devaneo del cuerpo satisfecho, bien puede navegarse entre las calles empedradas, las tiendas que ofrecen objetos de decoración de todo tipo y los puestos de artesanías. No puedes irte del pueblo sin apreciar -y comprar- los mejores rebozos de México hechos por la familia Ramos.
Don Isaac, ya fallecido, fue uno de los más importantes tejedores del Estado de México y ahora sus hijas continúan la tradición. Xoxopachtli es una de sus tiendas en la calle Guerrero y tienen otra en calle Hidalgo. Un lugar que me gusta mucho es Casa mía, frente al convento, donde encuentras antigüedades y objetos viejos muy escogidos y variados: desde un juego de jarras y palanganas de baño en peltre de principios del siglo XX hasta un secretaire del XIX.
No puedes dejar de darte una vuelta por La botegga di casa, en calle Hidalgo, una tienda de delicados manteles, servilletas y caprichos de mesa con aires europeos.
El domingo es un día perfecto para la contemplación tranquila. El ex convento, fundado por monjes agustinos en 1540 y terminado hacia 1570, ejerce un impresionante contraste con la atmósfera prehispánica y la vida de pueblo. A su vez es un bello ejemplo del arte del fresco que se puede también encontrar en varios sitios del estado de Morelos.
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El claustro está dibujado con motivos naturalistas: plantas, aves y animales que se entrelazan en ricos diseños que dan cuenta de la importancia de las variedades de la región en la cultura y vida cotidiana de la época. Sobresale en uno de los nichos, la imagen de un monje junto a la muerte como símbolo de nuestra condición pasajera en este mundo.
Los techos están adornados con patrones geométricos. Al salir, una pausa en el atrio es obligada para contemplar la fachada y los grandes árboles que se alzan en el camino hacia la puerta. Llega, entonces, el momento de perderse en el mercado de frutas y verduras, artesanías y toda la mercancía que actualmente se encuentra en los mercados mexicanos.
Muy especialmente y para llegar a cenar a México, no te pierdas el muy buen pan horneado en leña que se vende en los portales de la plaza principal. Luego de comer, cuando ya estés rumbo a la ciudad, experimentarás unas ganas irresistibles de volver, tal vez de no marcharte.
Y es que Malinalco es una mezcla extraña en el paisaje mexicano, una urdimbre de historia indígenas, atmósfera colonial, energía viva de identidad mexicana trenzada con lo mejor de los placeres de la vida contemporánea. Inspiración artística, evocación ancestral y cultura profunda combinadas con las ideas e invenciones más sofisticadas en torno al placer de los sentidos.
LOGÍSTICA
Hoteles y B&B
Casa Limón / Tel. (714) 147- 0256
www.casalimon.com
Hotel Asoleadero / Tel. (714) 147-0184
Casa Mora / Tel. (714) 147-0572 / www.casamora.net
Quinta Cielo / 04455-4186-7580
www.quintacielo.com / quintacielo@gmail.com
Restaurantes
Los Placeres / Tel. (714) 147-0855
Koi / Tel. (714) 147-1621
Café la FE / Tel. (714) 147-0177
Nieves Mallinali / Tel. (714) 147-0881
Tiendas
Casa mía
Plaza principal 6 A / Tel. (714) 147-1306
Xoxopaxtli
Guerrero s/n / Tel. (714) 147-1361
La botegga di casa
Hidalgo 5 / Tel. (714) 147-2113
Más información:
http://www.malinalco-magico.com
http://malinalco.net/espanol/index.html
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