Los yacimientos de oro y plata de Taxco han sido de los más grandes proveedores de riqueza de México a la colonia española.
Miles de iglesias en el mundo nunca pudieron ser vistas por quien las planeó, debido a que tardaron cientos de años en terminarse. Pero la construcción de la iglesia Santa Prisca comenzó en 1751, y sólo siete años después ya estaba terminada. Después de acumular su fortuna con los yacimientos de plata y oro de Taxco, el empresario minero francés José de la Borda decidió mandar a construir la iglesia en agradecimiento a su riqueza. El dinero sobraba, por lo que pudo contratar a los mejores de la época en cada ramo para su rápida construcción.
Varias pinturas coloniales de Miguel Cabrera pueden apreciarse en el recinto, y el órgano y el púlpito fueron fabricados con maderas preciosas y hoja de oro. Su estado se ha conservado intacto después de 350 años. Cada año miles de turistas nacionales y extranjeros visitan la capital de la plata y a su famosa parroquia que, según el historiador Francisco de la Maza, es el ejemplo más completo del barroco mexicano. La imagen de ayer data de los años treinta y fue tomada por Yáñez.