En el corazón de la Patagonia chilena, cien jinetes recorrieron 53 kilómetros para honrar la memoria de quienes conquistaron la región de Aysén a caballo.
Si tuviéramos que describir a Aysén en un sólo párrafo podríamos decir que es un lugar de paisajes diversos y abundante naturaleza, en donde se junta la imponente y siempre vestida de blanco, Cordillera de Los Andes, con el frío mar del Océano Pacifico. Hay glaciares, lagos de aguas cristalinas y ríos que confluyen formando un sólo cauce. Esta región de la Patagonia chilena se conforma de pampa y montaña. Además está repleta de frondosos y húmedos bosques, con una biodiversidad infinita e inhóspita, muchas veces desconocida.
Pero Aysén, no es especial sólo por su naturaleza, también lo es por quienes la habitan, enriqueciendo esta región con su cultura y tradiciones. A inicios del siglo pasado, esta tierra fue colonizada gracias a la valentía de un pequeño grupo de gauchos chilenos que cruzaron por tierra enfrentándose a un clima hostil, de mucho viento, lluvia y frío.
Vestidos con mantas, boinas, bombachas y botas, los gauchos abrieron rutas y despejaron terrenos para el cultivo y la ganadería, siendo estas las primeras luces de desarrollo en la región, todo esto acompañados de un fiel compañero, el caballo, que protagoniza junto a ellos la historia de Aysén.
La cultura en relato turístico
Para honrar la memoria de quienes habitaron la Patagonia a caballo, Francisca Stock y Javier Galilea, dueños de la agencia de turismo “Aysén Somos”, impulsaron en la región un evento de cabalgata llamado “Tierra de a caballo”. Esta travesía tradicional, busca que las personas vivan la experiencia de sus antepasados y no sean sólo oyentes de sus relatos, así poner en valor la ruralidad y la cultura de Aysén a través del relato turístico.
“No queremos que se pierda la cultura del caballo, porque nuestra tierra se lo debe. Esta cabalgata es una manera de honrar ese vínculo que tenemos con nuestra historia”, explica Francisca.
La primera versión del evento se realizó en Coyhaique Alto y contó con 41 jinetes. Este año, con mucha ambición, Aysén Somos creó una ruta exclusiva de 56 kilómetros, pasando por 11 campos de propietarios distintos, quienes abrieron sus puertas y caminos especialmente para los 100 jinetes.
Además, se realizó un trabajo colaborativo con emprendedores locales que prestan servicios de cabalgatas, quienes fueron los guías en esta aventura.
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La travesía de Aysén y su ruta a caballo
Se trasladaron por montaña hasta el Valle Simpson y cruzaron la reconocida Carretera Austral. Subieron por El Fraile, en donde disfrutaron de vistas maravillosas a valles, cerros, ríos y lagos.
Pasaron por el Cordón Divisadero para luego adentrarse a un asombroso bosque de lengas. Finalmente, elevando banderas junto a la chilena, desfilaron por la plaza principal de Coyhaique, en donde los esperaban vecinos que aplaudían emocionados al verlos pasar. Por las noches, se reunían alrededor del fuego, para cantar y conversar, mientras los más sabios narraban historias antañas de sus aventuras en Aysén.
Una experiencia única
Los jinetes de distintas edades y nacionalidades, cumplieron con el desafío de mantenerse cabalgando durante 3 días, sumando en total 8 horas diarias. A todos los unía el amor por los caballos y esa apasionante búsqueda de aventura que los traslade en el tiempo, como si fueran ellos los colonos de la Patagonia.
“Cien jinetes y cien caballos , en total, doscientas almas conectadas por el amor a la cultura y las tradiciones de Aysén”, así describió esta experiencia Eduardo Vas Quiroz, uno de los guías de esta cabalgata.
Pensando en el próximo año, Francisca y Javier, proyectan nuevos desafíos.
“Realizaremos este evento todos los últimos fin de semanas de febrero, e iremos aumentando el número de jinetes. Además, vamos a cambiar la ruta para que sea una experiencia única pero sin perder su esencia”.
Este texto fue escrito por Javiera Benavente
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