Entre de La Paz y Los Cabos, hay un rinconcito que hasta ahora es el secreto mejor guardado de Baja California Sur.
Pueblos como Todos los Santos hay pocos, pero a los lugares de su clase los reconoces enseguida. Llegas un fin de semana de casualidad, y te quedas quince años, o regresas en unos meses y de pronto se convierte en tu lugar favorito hasta que consigues terminar viviendo allí.
Eso le sucedió a la inglesa Jenny Armitt, dueña y decoradora suprema del Hotelito (www.hotelito.com) ubicado a las afueras del pueblo, muy cerca de una laguna y una playa, La Cachora, en donde las ballenas se acercan a unos metros de la orilla (que tiene una pendiente muy pronunciada) cuando llegan cada año.
El pueblo se nutre de un oasis en medio del desierto. Mientras a su alrededor crecen lentamente las cactáceas, los pequeños árboles, los arbustos espinosos y enjutos, en Todos los Santos lucen las palmeras, los mangos, los aguacates, las jacarandas, las bugambilias y todas las flores.
Se ubica a una hora aproximada en auto de los dos aeropuertos más cercanos: La Paz y Los Cabos.
Si te gusta la tranquilidad ve de mayo a octubre; de noviembre a abril si prefieres ver más gente y ballenas; diciembre, enero y febrero para asistir a las tortugas recién nacidas y en marzo para disfrutar del festival de cine latino de Todos los Santos (www.todossantoscinefest.com).
No te dejes engañar: el Hotel California de Todos los Santos no es el de la famosa canción de los Eagles. El pueblo, sin embargo, es ideal para pescar artesanías en alguna de las numerosas tienditas que llenan sus calles.
Si no quieres perder el tiempo buscando, ve directamente a Mangos (c/Centenario, entre Topete y Obregón, 145-0451), donde seguro que encuentras algo maravilloso entre la selección de Bárbara, la dueña, completa con textiles guatemaltecos y artesanías de todos los rumbos del país.
El Hotelito se encuentra a 15 minutos caminando (dos minutos en automóvil) de Todos los Santos, y es probablemente una de las opciones de alojamiento más especiales e inolvidables en la zona.
Jenny y su staff te harán sentir en tu casa, ya sea ayudándote a organizar actividades, platicando, o si lo sienten necesario, dejándote absolutamente solo. Otra opción de alojamiento, nueva y con una onda un poco más gringa, es el Rancho Pescadero Hotel (www.ranchopescadero.com), situado sobre la playa (bueno, cerca: a unos cien metros de la orilla). El ambiente del bar es muy animado, y el restaurante es también excelente.
Una buena forma de conocer la zona es tomar un paseo organizado con Todos los Santos Eco Adventures (www.tosea.net). Una compañía con larga experiencia en la zona y guías profesionales; ofrece una gran variedad de paseos, desde aventuras de una semana completa hasta paseos de unas horas por los alrededores de Todos los Santos, en los que puedes explorar los rincones más bellos del desierto que rodea al pueblo. Cada paseo tiene un tema específico: el santuario de los cactus, las cascadas en el desierto, exploración de los acantilados o un paseo especial para avistamiento de pájaros. El paseo en kayak por el mar de Cortés es altamente recomendable.
A la hora de cenar, es difícil escoger, pero aquí te van las tres experiencias que no te debes perder: una es la deliciosa fusión oriental que sirven en Michael?s at the Gallery, de jueves a sábado. Se recomienda hacer reservación (mplcope@yahoo.com; 145-0500). La cena se sirve en el jardín trasero de una galería y es realmente de no creerlo. Buena Vida ?Calle Centenario 40; tel. (612) 134-3100; cerrado los jueves? es una pizzería-bar muy popular entre los locales. Acaban de abrir una terraza con mesas en la calle. Su ubicación en el centro histórico la hace ideal para sentarse a vibrar con la comunidad, tomando algo y comiendo delicioso.
En Mario?s Bar, en el Hotelito (sólo de jueves a sábado), Chopin, un chavo de Todos los Santos, arma el sushi bar más fresco en kilómetros a la redonda. Hijo y sobrino de pescadores, su materia prima es la que llega del mar cada mediodía. Este sushibar tiene además otra ventaja, y esa es el encanto de Mario, un bartender/maestro de surf con un considerable club de fans. Ya puestos, después de una deliciosa cena de sushi y un par de margaritas, deja que Mario te enrole en su escuela de surf. No te arrepentirás. info@mariosurfschool.com; www.mariosurfschool.com; tel (612) 142-6156. Pruébalo un fin de semana.