Un espectáculo que no te puedes perder.
Australia es un país lleno de maravillas naturales. A unos 1,500 kilómetros al sudeste de Tasmania existe un lugar que parece sacado de un cuento de fantasía.
La isla Macquarie está habitada por más de 4 millones de pingüinos. Esta reserva natural tan sólo mide 34 kilómetros de largo por cinco kilómetros de ancho y se encuentra a la mitad de camino entre Australia y la Antártida.
Este es el único lugar del planeta donde hay formaciones rocosas que proceden del manto de la Tierra. Situado a seis kilómetros de profundidad del océano.
La temperatura en este sitio no llega a superar los siete grados centígrados. Esto la convierte en el hábitat ideal para los pingüinos reales, endémicos de la región, aves marinas, elefantes y focas.
La buena noticia es que la fauna en esta zona está protegida desde finales del siglo XX al ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La única manera de visitar la isla Macquarie es por medio de un crucero. Unos salen de Australia del puerto de Hobart y otros de Nueva Zelanda del puerto de Bluff. En ambos trayectos la duración del recorrido para llegar a la isla es de 4 días. Si eres amante de estas aves es un viaje que no te puedes perder.
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