Noruega lleva a cabo un proyecto que incluye plataformas panorámicas y áreas de descanso.
Una pasarela de hierro cruza el desfiladero del río Valldo, rebosante de espuma, y lleva a los turistas desde el área de descanso de Gudbrandsjuvet a una cafetería. Más de un visitante mira con miedo desde la altura hacia la corriente del río. Unos pasos rápidos y se llega a la cafetería.
El área de descanso de Gudbrandjuvet se encuentra junto a la carretera provincial 63, que va de Geirangerfjord a Åndalsnes y es más conocida como Ruta Trollstigen. Con 106 kilómetros de longitud entre el Lago Langevatn in Strynefjell, por encima de Geiranger y el Romsdal, la ruta se encuentra entre las 18 Nasjonale turistveger, las rutas turísticas nacionales de Noruega.
«En 1994 planeamos las cuatro primeras rutas: la de la carretera de Hardanger, la del tramo costero de Helgeland, la de Gamle Strynefjell y la ruta Sognefjell, que con una altura de 1,434 metros sobre el nivel del mar es el puerto de montaña más alto del norte de Europa», recuerda Per Ritzler, de la Administración Estatal de Construcción de Carreteras en Lillehammer.
Lo que comenzó por aquel entonces como un experimento, es ya toda una institución y forma una red de 18 rutas. Las carreteras tienen entre 27 y 416 kilómetros de longitud.
De las 18 rutas, ha finalizado por completo la construcción de seis, con plataformas panorámicas, obras de arte en las áreas de descanso y carteles explicativos. El proyecto quedará definitivamente completado en 2023.
«Todos los tramos incluyen una arquitectura espectacular y arte en las áreas de descanso y conducen por paisajes fascinantes. Más allá de ello, los hoteles y restaurantes a lo largo de las rutas son característicos de las respectivas regiones», afirma Ritzler.
Entre otros propósitos, las rutas buscan llevar turistas a lugares apartados para llenar estas regiones de vida. Sin embargo, esto no parece necesario en la ruta Geiranger-Trollstigen. Desde hace muchos años es algo así como un mascarón de proa de Noruega. «En 1910 llegaron ya 120 cruceros de vapor a Geirangerfjord», explica Karl Mjelva, quien dirige en tercera generación el Union Hotel de Geiranger.
Según estimaciones de la oficina de turismo local, unos 800,000 turistas visitan cada año Geiranger, cuyo imponente fiordo con laderas empinadas forma parte desde 2005 del Patrimonio Natural de la Humanidad de la UNESCO.
Por encima de Geiranger se encuentra el área de descanso de Ornesvingen, uno de los mejores ejemplos de una combinación exitosa entre arquitectura moderna y naturaleza. En el interior de la plataforma de observación, una catarata se precipita hacia el fondo a través de un cuadrado de cristal. El panorama deja sin respiración. A la izquierda el pueblo de Geiranger, en el que amarran enormes cruceros, en el centro paredes de roca inclinadas, a mano derecha las cataratas De syv sostre, las siete hermanas, y muy abajo el fiordo verde oscuro.
En los fiordos del oeste de Noruega se pueden combinar con algo de planificación varias rutas: Desde Oslo en la E16 en dirección Fagernes, hacia la ruta de Valdresflya, carretera 51, hasta Lom, y de allí a través de la ruta de Sognefjell, la carretera 55, de 108 kilómetros de longitud. En el semestre de invierno, la ruta histórica ruta comercial en dirección Sogndal está cerrada. Incluso a comienzos del verano no es raro ver a izquierda y derecha de la pista llena de curvas paredes de nieve de metros de altura.
Cerca del paso elevado junto al área de descanso de Mefjellet, los viajeros descubren en la nieve una enorme escultura: La puerta de piedra de 42 toneladas obra del artista Knut Wold se levanta como un signo de exclamación en medio de los picos de montaña de más de 2,000 metros de altura en el parque nacional de Jotunheimen. Es una de las cuatro obras de arte que ya han sido colocadas a lo largo de las rutas.
La instalación DEN del estadounidense Mark Dion junto al área de descanso de Vedahaugane en la rute de Aurlandsfjell muestra a un oso en medio de la basura del mundo civilizado. Una advertencia importante a los viajeros, para que no viertan su basura en la naturaleza.
Muy arriba en el norte, en el este Finnmark, junto a la ruta de Varanger, el arquitecto estrella suizo Peter Zumthor ha creado junto con la escultora francesa Louise Bourgeois el memorial de Steilneset. El monumento recuerda un cápitulo oscuro de la historia de la región al borde del Ártico: Durante los procesos contra las brujas en el siglo XVII fueron acusadas aquí de brujería 91 personas y condenadas a muerte en la hoguera.
Información básica
Cómo llegar: En avión hasta Oslo, desde ahí en coche de alquiler hasta la región de Fjordland, en la que se encuentran algunas de las rutas turísticas. Con el auto desde Oslo con la RV7 hacia Fjordland, pasando por Honefoss, Gol, Hemsedal, Laerdal y Sogndal. Duración del trayecto: Unas seis horas, 400 kilómetros.
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