El nuevo Basecamp del San Diego Zoo y el Safari Park ofrecen una experiencia de vida silvestre única al sur de California para todas las edades.
Con experiencias interactivas que van desde internarse a una colmena gigante y acompañar mariposas en su migración, hasta saltar por un tejido de soga junto a monos ardilla o escalar rocas desérticas al costado de perritos de la pradera y zorros fenec, el mundialmente famoso Zoológico de San Diego inauguró la nueva Wildlife Explorers Basecamp, un área con instalaciones interactivas diseñadas especialmente para despertar la curiosidad e inspirar a los conservacionistas del futuro.
A diferencia del resto del Zoo y el Safari Park de San Diego, el entorno interactivo de Basecamp está enfocado en estimular los sentidos de los más pequeños con instalaciones inmersivas que desafían a los visitantes con actividades como cruzar un puente colgante, recorrer un humedal a través de un sendero que simula estar entre cocodrilos y tortugas, o internarse en una selva húmeda mientras se conoce a sus habitantes más pequeños.
Un planeta interconectado
El nuevo Basecamp se levanta sobre el antiguo lugar que ocupaba el zoológico infantil y se divide en cuatro ecosistemas específicos (selva tropical, praderas pantanosas, bosques salvajes y dunas desérticas), todos con una característica en común: en vez de presentar a los animales masivos más populares de cada región, el área se enfoca en aquellas especies clave que muchas veces pasan desapercibidas, pero cuya existencia resulta fundamental para el equilibrio ecológico.
Además de perezosos, puercoespines, coatíes, tortugas, búhos de madriguera o iguanas de Fiji (consideradas una especie en peligro crítico de extinción según la UICN), las instalaciones prestan especial atención a miles de arácnidos, crustáceos e insectos por una sencilla razón:
“Necesitamos recordar que esas millones de especies que no siempre vemos, que a veces olvidamos, son críticas para la salud y el equilibrio de ese ecosistema”, explica Paul A. Baribault, presidente y director ejecutivo de la San Diego Zoo Wildlife Alliance, a National Geographic en Español.
“Quisimos mostrar cómo estamos interconectados y que todos necesitamos de todos, incluso que la salud de los miembros más pequeños de la comunidad de vida silvestre se encuentra indisolublemente ligada a la nuestra”.
El proceso de diseño del Basecamp contó con expertos en desarrollo infantil, quienes acompañaron a conservacionistas y apasionados de la vida silvestre para lograr el objetivo de inspirar a las generaciones futuras a través de la empatía y el juego.
Tanto el Zoo como el Safari Park son gestionados por la San Diego Zoo Wildlife Alliance, una organización sin fines de lucro dedicada a la conservación de la vida silvestre, que concibe ambos parques como las puertas que permiten mostrar al mundo su labor de conservación en acción y al mismo tiempo, inspirar la pasión por la naturaleza.
Safari Park: el secreto mejor guardado de San Diego
50 kilómetros al norte del mundialmente famoso Zoológico de San Diego, la caprichosa geografía del Valle de San Pascual es la sede del Safari Park, un oasis de vida silvestre que complementa la experiencia que ofrece la Wildlife Alliance a través de 1,800 acres que son el hogar de más de 300 especies animales de todo el mundo.
El parque es suficientemente grande como para dedicar un día completo a descubrirlo y ofrece tanto recorridos en safari para vivir la experiencia de explorar una sabana africana, como senderos para andar a pie cuidadosamente diseñados por conservacionistas y especialistas en flora y fauna de todo el globo. Uno de los más concurridos es el que reúne algunas de las especies más icónicas de Australia, incluyendo canguros, wallabies, casuarios y los únicos ornitorrincos en cautiverio fuera de Oceanía.
Para completar la experiencia, un paseo en globo aerostático ofrece una vista panorámica del Valle, mientras una tirolesa que se levanta a 40 metros de altura permite sobrevolar la sabana y observar los movimientos de rinocerontes, jirafas, cebras y antílopes mientras recorren libremente el parque.
Mención aparte merece Watering Hole, un restaurante de comida internacional dentro del Safari Park que guarda otra panorámica imperdible del complejo. Desde cualquier mesa es posible observar el movimiento de rinocerontes, ñus, jirafas o antílopes desplazándose cuesta abajo.
La San Diego Zoo Wildlife Alliance mantiene centros de conservación estratégicos en 45 países de todo el mundo, un quehacer científico cuyo éxito se traduce en la reintroducción de 44 especies en peligro de extinción en sus hábitats nativos, entre ellos el icónico caso del cóndor californiano, que estuvo al borde de la desaparición en la década de los 80 debido a la pérdida de su hábitat, los envenenamientos y la caza furtiva.
Conoce más del San Diego Zoo y el Safari Park en sus sitios oficiales.
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