Un grupo de amigos emprende un viaje inolvidable por las aguas de la Riviera Maya.
Decidí navegar de Holbox a Progreso sobre una tabla de windsurf, después de leer Hojas de Ruta de Jorge Bucay. Me inspiró la alegoría del carruaje con la cual explica el concepto holístico del ser. Nacemos y nos encontramos con nuestro cuerpo, en seguida sentimos deseos instintivos de movernos y esos deseos nos conducen por caminos quizá un poco arriesgados y a veces peligrosos. Debemos tener capacidad de frenarlos, o por lo menos, de evaluar qué sí y qué no hacer.
Acepté la invitación de Alberto Villalpando para embarcarme durante cinco días en la aventura de recorrer el mar de la península de Yucatán. Ahora sí podría ver, desde dentro, la unión del Golfo de México con el Mar Caribe. Entre conocidos y conocimientos, todos pusimos tablas y velas, lanchas de seguridad, comunicación móvil, reservaciones en cada punto de «desembarco» ?cosa poco fácil ya que en la ruta se encontraban pueblitos pequeños con escasos servicios hoteleros? alimentos, agua, botiquines de primeros auxilios y transportación para nosotros y nuestros equipos de windsurf.
El entrenamiento
Alan entrenaba casi diario de madrugada antes de irse a trabajar, mientras que David y Alberto lo hacían por las noches al salir del trabajo. Mi esposo y yo practicábamos en Valle de Bravo los fines de semana. Diego y Federico viven en el extranjero y les tocó entrenar en aguas heladas. David Mier y Terán, quien representó a México en la especialidad de windsurf en la Olimpiadas de China, también se unió al grupo. El proyecto estaba sobre la mesa y se planteaba realizar la travesía en cinco etapas.
Primer día, primera puesta de sol
Al llegar a Chiquilá iniciamos la primera etapa que tendría como puerto de llegada la Isla Holbox. Armamos el equipo bajo el rayo del sol del mediodía e hicimos a toda prisa lo que habíamos planeado y ansiado durante tantos meses: ¡nos lanzamos al agua! Después de 34 kilómetros de navegar, sintiendo la fuerza del viento, nos dejamos llevar. El sol se sumergía en las tibias aguas del mar, estábamos ya frente a Holbox.
Segunda aventura
Después de lo que habíamos logrado y de encontrar hospedaje, celebramos con una deliciosa langosta, un plato típico de la región, junto con unas cervezas bien frías. Al despertar teníamos un sentimiento de paz y de conquista, y así nos preparamos para continuar hacia la Ría Lagartos para cumplir con la segunda etapa que constaba de 88 kilómetros de recorrido. Pero mientras alistábamos el equipo, el personal de apoyo en tierra llegó con la noticia de una amenaza de tormenta y un viento que ya soplaba a más de 16 nudos (32 kilómetros por hora).
Salimos de inmediato, apenas después de una hora de navegar, las olas se levantaban tan alto que impedían el paso del viento, la fuerza con la que había que luchar para controlar la vela era demasiada, por lo que yo claudiqué, toqué tierra en El Cuyo, mi esposo «desembarcó» conmigo. David y Alan decidieron también parar. Lo mismo que las dos de las David Mier y Terán, parte del grupo, representó a México en windsurf en las Olimpiadas de China. lanchas de apoyo. Estábamos todos en tierra y los nervios comenzaron a apoderarse de nosotros, finalmente zarpamos las dos lanchas y cuatro windsurfers en el agua. Llegamos a Ría Lagartos después de siete horas de aventura.
Después de aquella lucha contra viento y marea, las lesiones y dolencias brotaban como agua de un manantial. Diego tenía tantas ampollas en las manos que dudábamos que pudiera continuar, yo sentía que necesitaba un trasplante de piel en las palmas de las manos y Alberto tenía un desgarre importante en un brazo.
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Tercera etapa, tercera
A pesar de las lesiones, las ampollas y cuantas dolencias teníamos, la alta moral y apoyo mutuo del grupo nos permitieron continuar hacia la tercera etapa: El recorrido nada menos que de 84 kilómetros hasta Dzilam de Bravo. Esta, comparada a lo que habíamos ya realizado, fue miel sobre hojuelas: el viento soplaba constante entre 12 y 16 nudos (aproximadamente 28 kilómetros por 7 horas) rayas, tortugas verdes, gran variedad de peces y paisajes hermosos fueron la escenografía para deleitarnos con un espectáculo que como grand finale presentó una espléndida puesta de sol. Llegamos a Dzilam de Bravo y resultó que los capitanes de nuestras lanchas eran nativos del lugar, por lo que el arribo del grupo fue para ellos el evento del día y así lo celebraron: organizaron una pequeña, pero no menos emotiva ceremonia, nos alojaron, y nos invitaron a cenar; no sé si nos sabían algo o nos sirvieron al tanteo, pero la cantidad de pescado y camarones era abundante apenas suficiente
para nuestro feroz apetito. La participación de nuestros capitanes en verdad merece mención honorífica, siempre estuvieron atentos para los rescates, ayudar con un ajuste, proveernos de agua, algo de comer, en fin, siempre estuvieron al pie del cañón. La cuarta etapa de 53 kilómetros hasta el Puerto de Telchac estaba a punto de comenzar con las fuerzas un poco minadas pero el ánimo bien alto. Y terminó feliz: sin ningún contratiempo.
Despertamos emocionados, apenas faltaban alrededor de 30 kilómetros para llegar a Progreso y, aunque ese era el objetivo, al mismo tiempo no queríamos que esta aventura terminara. A pesar de las ampollas en las manos, nos daban ganas de seguir hasta Veracruz. Con los nervios de punta al perder de vista ocasionalmente a algunos de los windsurfistas, y con los poderosos vientos característicos de Progreso, seguíamos jalando, siempre confiando que había una lancha cerca que se encargaría de aquellos que necesitaran ayuda.
¡Progreso a la vista!
Llegamos, lo logramos. Después de cuatro horas de haber zarpado con el sueño de terminar, la aventura había llegado a su fin. Habíamos navegado durante cinco días por los mares de Yucatán y nuestros instintos de movernos, de aventura y de supervivencia nos habían llevado a convertir un sueño en realidad.
Ruta:
1° Etapa / Chiquilá?Holbox /34 Km (3 horas y media)
2° Etapa / Holbox-Ría lagartos / 89 Km (6 horas y media)
3° Etapa / Ría Lagartos-Dzilam del Bravo /84 Km (6 horas y 40 minutos)
4° Etapa / Dzilam del Bravo-Puerto Telchac / 53 Km (4 horas y 20 minutos)
5° Etapa / Telchac-Progreso / 37 Km (4 horas)
Equipo
-Tablas: se recomiendan las ONE DESING (conocidas como IMCO: International Mistral Class Organization).