Así lucirá el Dryline de Nueva York.
El huracán Sandy de octubre de 2012 inundó Nueva York con una tormenta histórica. La Gran Manzana no estaba preparada para un fenómeno así, que se atribuye a los efectos del calentamiento global. Los vientos destructivos de hasta 140 kilómetros por hora dejaron 305 mil hogares destruidos y las pérdidas materiales ascendieron a 19 millones de dólares. Luego de dicha tragedia, el despacho danés de arquitectura BIG trabaja en un proyecto que pretende impedir que se repita la mala historia y la pérdida de vidas.
Desde marzo del 2014 arrancó el proyecto que se llama Dryline (línea seca). Se extenderá por 16 kilómetros desde la calle 54 sur oeste hasta la calle 40 oriente, y protegerá a los habitantes, al igual que reconstruirá lo destruido.
Además de contener las aguas, los nuevos espacios serán convertidos en parques, senderos para bicicletas, piscinas, centros culturales, deportivos y comunitarios.
El proyecto es parte de Rebuild by Design, una iniciativa financiada por el gobierno federal de Estados Unidos para restaurar el litoral noreste después de la devastación causada por el huracán Sandy. Colaboran diseñadores, investigadores, miembros de la comunidad y el gobierno, con el objetivo es construir ciudades más resistentes a inundaciones futuras.
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